lunes, 30 de diciembre de 2024

¡Dónde fue a nacer Dios!

Una de las afirmaciones más conocidas de Rabindranath Tagore es: “¡Cada niño al nacer nos trae el mensaje de que Dios todavía no pierde la esperanza en los hombres!”. Es comprensible que el Papa Juan Pablo II la citara en su viaje apostólico a la India (1986) como un reconocimiento a la cultura espiritual del país y también por el amplio sentido que tiene.


En estos días los cristianos celebramos la Navidad de Jesús de Nazaret, que supone un grito mucho más atrevido y grandioso que el de Tagore: ¡¡Dios se hace niño en la cueva de Belén!! Lo que además supone una grandísima valoración de toda vida humana, una valoración radical de las vidas que el capitalismo y la sociedad de consumo desprecian o condenan de varias maneras.

La carta de Pablo a los Filipenses nos da el significado profundo de que Dios nazca niño en la cueva de Belén entre los animales, junto con que su madre, por no tener cuna, lo acueste en un pesebre (Lc. 2,7). Naciendo así Dios se hace humano y próximo a todos, en especial a los más empobrecidos, por eso Pablo nos llama a tener la misma actitud de Cristo “El cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios. Sino que se despojó de sí mismo tomando la condición de siervo haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre; y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte...” (Flp 2, 5-11).

Los cristianos creemos en un Dios que camina con nosotros en la historia como bien decía el lema de la Jornada Mundial de los Migrantes y Refugiados de 2024, “Dios camina con su pueblo”. Este Dios así presente en la historia humana se acerca a las personas con insistencia, pero nunca avasalla y respeta nuestra libertad como bien se expresa en el libro del Apocalipsis (3, 20): “Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo”. Es oportuno recordar lo que escribieron Miguel de Cervantes y Bartolomé de Las Casas: “La libertad es el don más precioso que los cielos dieron a los hombres”.

La actitud más frecuente en la historia de la humanidad es alejar a Dios de la vida cotidiana y ponerlo en la cumbre de montes o lugares especiales apartados de la vida diaria de las personas. Pero esto, por lógico y humano que pueda ser, no responde a lo que celebramos en estos días y nos apartan de la radical novedad y Buena Noticia que para la humanidad supone que Dios nazca en la cueva de Belén, porque no había sitio para ellos en la posada. Dios se hace solidario con la humanidad y especialmente con los más excluidos cómo se relata en numerosos textos evangélicos.

Se tiende a hacer lo mismo con su madre, María, mujer sencilla de la pequeña aldea de Nazaret, a quien alejamos de la vida cotidiana adornándola con ropas fastuosas y coronas más grandes que las de las reinas y de las emperatrices de este mundo. Se puede entender esta actitud porque María aporta muchísima más alegría, esperanza y fortaleza a la humanidad que esas personas de la historia. Pero María en el evangelio aparece sirviendo tanto en las bodas de Caná como después de la Anunciación cuando va a ayudar su prima Isabel que le dice: “¿quién son yo para que me visite la madre de mi Señor?”. El Señor Jesús vino a servir y no a ser servido.

Afirmar que el niño nacido en la cueva de Belén también es Dios y que su madre es igualmente Madre de Dios no debe llevar a representarlos a semejanza de los poderosos de este mundo. Al revestirlos como los poderosos, ocultamos la radical solidaridad de Dios con las personas, especialmente con los que más padecen, e incluso nos sería difícil entender el Magníficat cuando dice, “...mi espíritu se alegra en Dios mi salvador porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava... Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada” (Lc. 1, 46-55). Jesús no nació en un palacio ni María era una princesa o potentada.

Celebrar a Dios tan mezclado con la vida humana cotidiana para sostener, alentar y salvar a cada persona, nos hace caminantes esperanzados por la vida y comprometidos en la fraternidad con los que caminan con nosotros, caminaron antes o caminarán después hacia la patria definitiva. Dios está tan presente en la vida cotidiana que Santa Teresa de Jesús, la santa que seguramente más influyó en la vida espiritual española en los últimos 400 años, escribe que “Dios anda entre los pucheros”. Eso es tan cierto cómo que estaba en la cueva de Belén y más tarde caminaba hacia el exilio en Egipto con María y José (Mt. 2, 13-18)

Ahora más que nunca: solidaridad

Antón Negro

miércoles, 25 de diciembre de 2024

Déjame que te cuente

El viernes 8 de noviembre, la asociación “Red Madre”, organizó una cena-gala benéfica, para recaudar fondos para las madres que quieren seguir adelante con su embarazo.

Como asociación provida a nivel nacional, Red Madre ha conseguido que muchas mujeres hayan podido salir adelante con su proyecto familiar propio e individual. Recibieron apoyo en todo el proceso desde que decidieron ser inicio de vida. Ser progenitoras con hijos vivos o con hijos que no pudieron seguir con su proceso natural de desarrollo. Una mujer, aunque haya perdido a su hijo, no deja de ser madre; a veces la problemática de mayor envergadura suele ser esa: el cómo atender a una madre que ha perdido a su hijo.

Por desgracia, existen problemáticas familiares, laborales, sociales, incluso psicológicas en muchos casos, que llegan hasta el extremo de que una mujer, puede quedar excluida socialmente, en una situación de vulnerabilidad, lo cual se presenta como un problema social muy grave. Cada una, cada madre, es una persona individual que precisa de un apoyo personalizado y, que tiene cabida en esta “red-madre”, en donde puede encontrar apoyo y ayuda.

La idea de Red Madre es que deben salir adelante por sí mismas, muy fuertes y con ganas de proteger al neonato o nasciturus que esperan o del cual ya son madres y, al cual no pueden atender con el esmero que quisieran, por causas varias. Esto no siempre lo puede llevar a cabo la madre sola, en una sociedad cada vez más egoísta e individualista, donde por desgracia aún hay muchas carencias de medios; teniendo en muchos casos que dar en adopción o en acogida a su niño.

La gran labor es que ellas, las mujeres gestantes, se den cuenta de la importancia de la actitud que han adoptado, al decidir seguir adelante con un curso que la naturaleza ha inaugurado. Son inicio. El instinto maternal es natural, así como saber ofrecer amor a un hijo. Son cosas que no se aprenden, son congénitas al ser humano. El ser humano está diseñado para amar. Si el ser humano no es capaz de ofrecer el amor que lleva dentro, sea por la causa que sea, se encuentra enfrentado a sí mismo. No poder seguir adelante con un proceso de inicio y maduración es ir contra natura. Ser generador de vida es seguir los pasos naturales para los cuales estamos preparados y diseñados como seres humanos.

La vida y la muerte son las primeras realidades que toda persona debería tener presente. “Nadie viene al mundo sin una función. Nadie se quedará en este mundo sin haber realizado dicha labor antes de morir (aunque no haya podido nacer”). Todo nuestro paso por este mundo es amor, desde la llegada a la partida. En nuestra mano está el cómo ocupar ese tiempo, dando amor o, por el contrario, negándolo (es más fácil y gratificante dar amor que negarlo).

No seguir adelante con el embarazo daña a la mujer, fisiológicamente y alguna vez psíquicamente; la mujer puede ser vulnerable y no solo porque la decisión final es de ella, sino también por la responsabilidad que supone ser de hecho y, que muchas veces no se sienten o sintieron apoyadas, con la confianza necesaria que debíamos transmitir desde nuestra sociedad, para ser inicio, camino de vida. Ese es uno de los grandes logros de Red Madre en su apoyo a las mujeres. Mujeres que se sienten solas, ante la desesperación de no poder ser madres y seguir conciliando vida laboral y vida social.

Nuestro país está a la cola de Europa en ayudas sociales para la integración familiar y social. Existe un desfase entre lo que se gasta en apoyar a las madres potenciales y las ayudas que, paulatinamente, van creciendo para que estas madres no puedan ejercer de hecho; para no seguir adelante con el proceso de gestación. La merma de ayudas para que una mujer pueda continuar con dicho proceso de gestación es significativa. La gran aportación económica que se realiza en deshacer el instinto creador de vida, se puede considerar obscena.

Todo acto contra la dignidad humana comienza con una pregunta tan simple como esta: ¿colaboro a ser camino de vida o por el contrario soy el comienzo de un camino de angustia ?

Esa es la pregunta que se deberían hacer nuestros gobernantes, no las mujeres embarazadas. Ellas son a las que hay que cuidar para que nunca se tengan que hacer esta pregunta.

Adopten la postura que adopten, son ante todo Mujeres, Madres, Progenitoras, con mayúsculas y no debiéramos dejar que se sintieran solas ante la desesperación de tener que elegir, pues, la situación de abandono es muy grande ante una decisión u otra.

Las facilidades se aúnan en negativo, para dejarse llevar por lo que nos ofrecen y publicitan desde los mass media; aún así, grupos de personas como las que forman el equipo de Red Madre, ayudan a aliviar esa soledad, esa vulnerabilidad. Desde dicha asociación se presta apoyo, todo el que se necesita para reorganizar la vida de la mujer que se ha desestructurado por tener que elegir. ¿ Se acuerdan de la película “La decisión de Sophie” ?.

No dejemos que nunca una “madre” tenga que tomar una decisión semejante ya que la desgarra interiormente. Una sociedad que posiciona en dicha dicotomía a la mujer, no es una sociedad de bienestar. Acuérdense de la película que les he sugerido, ¿deseamos esa sociedad? Dicha sociedad que se nos muestra sin ambages, es una sociedad corrupta, degenerada, egocéntrica e individualista, donde la empatía, ese sentimiento mediante el cual nos identificamos con alguien y, compartimos sus sentimientos, nos conforma como seres sociales y sociables. Desaparece la empatía, en aras de una sociedad psicópata, donde la indiferencia y la falta de sentimientos, inmuniza a sus conciudadanos.

La política familiar en España, desde hace unas décadas, parece ser proclive a que nuestra sociedad envejezca, convirtiéndose, gracias a un inaudito y desproporcionado esfuerzo, en una política de gobierno decadente. Incita a la progresiva desvalorización de la mujer, al convertirla en un objeto, aunque sus políticas inclusivas intenten maquillarlo.

Ser mujer y ser fiel a su naturaleza de ser dadoras de vida, no es tarea fácil cuando las instituciones la conducen e incitan desde los medios de comunicación a que se conviertan en objetos (estereotipos camuflados); que tengan que decidir si compro un abrigo o compro otro, si me calzo con “Bimba y Lola” o me calzo unas zapatillas del mercadillo. No, la vida no va de eso, no es así, ni es un objeto sobre lo que la mujer debe decidir; es carne propia, sangre propia.

Que puedan decidir si continuar con el embarazo, siendo madres de hecho o, por el contrario, deben dejar esa posibilidad de traer al mundo una nueva vida para más tarde, no es una decisión intrascendente. Tomen la decisión que tomen, ésta no las priva, en ningún momento, de la magnitud del calificativo madre.

Ser madre no es una opción: es un derecho que no se le puede negar a ninguna mujer. No es tampoco una obligación. No es una cuestión de economía familiar, sino de economía social, donde las instituciones tendrían que estar apoyando; donde una mujer pueda desarrollar todas sus inquietudes y no tener que pensar en su futuro con angustia. De su futuro, una sociedad progresista, tendría que ocuparse, facilitando lo necesario ante una situación de tal magnitud.

Ser madre es devolver al ser humano su categoría de ser humano único e irrepetible.

Como tal derecho las políticas de familia deberían dirigirse hacia ese punto: fomentar el apoyo necesario a las mujeres más vulnerables. No se trata de quedar excluidas socialmente, sino de ser mimadas socialmente y apoyadas en su camino inicial de ser dadoras de vida.

La muerte no es un juego. La historia está plagada de errores, obstáculos que no se salvaron para ser inicio, dar comienzo a un nuevo camino. La mujer que no puede seguir adelante con su embarazo puede quedar muy deteriorada a niveles anímicos y físicos. Quizá alguna mujer no pueda tener más hijos. Pero esa necesidad de cariño y necesidad de ser mujer, no lo puede solucionar la sociedad que incita a que se minusvalore su gran potencial.

Intrínsecamente a ser madre, la mujer está predispuesta para la crianza; criar y regalar cariño a ese recién nacido. Si frustramos esa cualidad, frustramos también la realización de ella como persona generadora de vida, familia, sociedad. Sin sociedad nos sobran todos aquellos que quieren dirigirnos, los llamados dirigentes políticos. Si no hay sociedad, familia, vida, estos dirigentes “no” existirían, y yo tampoco.

Juan Israel Durán Riobó.

Vigo, 15 de noviembre del 2024

domingo, 15 de diciembre de 2024

CARIDAD POLÍTICA

Es posible que para muchas personas sea una sorpresa encontrar juntas estas dos palabras, para otras es seguro que detestan uno u otro concepto. También no me cabe duda que habrá personas que piensan que son incompatibles para estar unidas.

En los medios de comunicación encontramos personas que oponen caridad y justicia, entendiendo por caridad la limosna dada para prescindir de la lucha por la justicia con lo que se pierde el verdadero sentido de la caridad, que es hacer justicia e ir más allá en la solidaridad con los hermanos. Ya Santo Tomás de Aquino distinguía entre la justicia, que implicaba dar a los pobres lo que una persona no necesita para vivir pues les pertenece, y la caridad que es dar a los pobres de lo que uno realmente necesita para vivir. Así que el compromiso solidario o caritativo empieza por exigir el cumplimiento de lo que es justo, que se recoge en el lema de Cáritas “trabajamos por la justicia”, para después ir más allá de lo que exige la justicia.

La política también está desacreditada en la opinión pública, con lo que las personas sensatas dimiten con frecuencia de la acción política y queda libre un campo que ocupan arribistas e inmorales. La política está para organizar la convivencia con justicia en la “polis” (ciudad) y así procurar el bien común en la sociedad. Este compromiso por el bien común es una exigencia ética para toda persona que no quiera ser malvada y antisocial, y en este caso la sociedad tiene derecho a defenderse de los delincuentes y malvados.

No se suele hablar de caridad política. En los ambientes que frecuento a la última persona que le oí hablar de la caridad política, como la vocación fundamental de los laicos, fue a D. Luís Argüello en las jornadas de teología de la diócesis de Lugo hace dos años, quien hoy es el presidente de la Conferencia Episcopal Española.

Pío XI, cuando Mussolini lo acusó de exceder los límites del apostolado al incidir en la política, respondió diciendo a los estudiantes universitarios católicos: “El campo político abarca los intereses de la sociedad entera; y en ese sentido, es el campo de la más vasta caridad, de la caridad política” (18-12-1927).

Los obispos españoles en el documento “Católicos en la vida pública” en el número 61 expresan que “con la Caridad Política no se trata de suplir las deficiencias de la justicia, ni mucho menos de encubrir con una supuesta caridad las injusticias de un orden establecido y asentado en profundas raíces de dominación o explotación. Se trata más bien de un compromiso activo y operante, fruto del amor cristiano a los demás hombres, en favor de un mundo más justo y más fraterno con especial atención a las necesidades de los más pobres”. El mensaje es claro para quien quiera entender.

El Concilio Vaticano II y muchos documentos eclesiales afirman que la vocación específica del laico es la caridad política, es decir que “el campo propio de su actividad evangelizadora es el mundo de la política, de la realidad social, de la economía, de la cultura, de las ciencias y de las artes, de la vida internacional, de los medios de comunicación social, de la familia, de la educación, del trabajo...”, en palabras de la exhortación apostólica fruto del Sínodo de Laicos, la Christifideles Laici (ChL) en el nº 23.

Hay que constatar que en las actividades que en general organizamos en la Iglesia para laicos prima casi en exclusividad lo litúrgico-cultual y que dejamos de dar la formación necesaria para comprometerse en la sociedad con el fin de realizar la justicia y el bien común en favor de los ciudadanos, especialmente los más pobres. Además la formación debe incluir el acompañamiento de ese compromiso en la vida pública que exige la vocación laical. Es más, se dice en ChL nº. 42 que los laicos de ningún modo pueden abdicar de la participación en la “política”, en todo el variado campo de acción en favor del bien común.

Si no ayudamos a los laicos a realizar la caridad política, lo que hacemos es apartarlos de sus responsabilidades y que caigan en la tentación que la ChL en el nº 2 ya trataba de evitar: “la de reservar un interés tan marcado por los servicios y tareas eclesiales que frecuentemente les lleven a un práctico abandono de sus responsabilidades específicas en el mundo profesional, social, económico, cultural y político”. Las funciones que desempeñen en la liturgia, transmisión de la fe y en las estructuras pastorales de la Iglesia, deberán ser ejercidas en conformidad con su específica vocación laical. (ChL nº 23)

Un laico adulto camina ejerciendo de laico en la Iglesia y en la sociedad, y de los pastores necesita colaboración para poder cumplir su propia vocación laical.

Ahora más que nunca: Justicia

Antón Negro

Juan Gérvas y Mercedes Pérez Fernández; "FELIZ 2025"

Domingo 15 diciembre 2024
Sunday 15 December 2024

Se aproxima el solsticio de invierno, con sus Fiestas, y se avecina el Año Nuevo, 2025
Desde Buitrago de Lozoya, Madríd, España, ¿a quienes deseamos paz y bien en estas Fiestas y en el Año Nuevo, y siempre?
A todas las personas de buena voluntad, capaces de ser misericordiosas con ternura
A la familia
A los amigos
A los vecinos
A colegas, y en general a profesionales de la salud y servicios sociales
A quienes sufren injusticias y violaciones de los derechos humanos
A los que sufren en Gaza y en otros lugares por abusos coloniales
A los perseguidos por pretender justicia
A quienes perseveran y son constantes en la búsqueda de la paz
A quienes mejoran la sociedad poco a poco, sin nunca agotarse ni ser domados
A los enfermos que no encuentran consuelo
A los marginados por una sociedad que desconoce la belleza de todo ser humano
A quienes encuentran la felicidad en el servicio a los demás
Mercedes Pérez-Fernández y Juan Gérvas

The winter solstice approaches, with its Festivities, and the New Year, 2025, is approaching.
From Buitrago de Lozoya, Madríd, Spain, to whom do we wish peace and good this Holiday Season and in the New Year, and always?
To all people of good will, capable of being merciful with tenderness.
To family
To friends
To neighbours
To colleagues, and in general to health and social service professionals
To those who suffer injustice and human rights violations
To those suffering in Gaza and elsewhere from colonial abuses
To those persecuted for seeking justice
To those who persevere and are steadfast in the pursuit of peace
To those who improve society little by little, without ever exhausting themselves or being tamed.
To the sick who find no solace
To those marginalised by a society that ignores the beauty of every human being
To those who find happiness in the service of others
Mercedes Pérez-Fernández and Juan Gérvas

martes, 10 de diciembre de 2024

GERMINAL, NOVELA DE EMILIO ZOLA


La historia transcurre en Francia, en una villa donde todo gira alrededor de las minas de carbón en las que trabajan las familias por una miseria, sin poder paliar hambre y enfermedades. Hartas de la situación deciden ir a la huelga. Las líderes son las familias Maheu y Etienne que, al no conseguir nada con los patrones, deciden extender la huelga a otros lugares. No logran nada y las minas pasan a ser trabajadas por extranjeros. En un enfrentamiento con la policía, esta mata a Maheu y la huelga se debilita. Regresan al trabajo pero sabotean la mina. En el sabotaje pierde la vida el hijo mayor de los Maheu. Perdido todo, hasta la esperanza, queda la semilla que alguno hará germinar.


Siempre pensé que el título era un juego de palabras del autor: Germinal era uno de los períodos en que la Revolución Francesa dividió el año. Coincidía con parte del mes de marzo y parte del mes de abril, y deriva de la palabra latina germen: semilla.

Ahora más que nunca: solidaridad

Mer Santiago

APRENDIENDO CON UNA PAPELETA ELECTORAL

Escribir sobre política es complicado porque prima lo emocional sobre lo racional y cuesta mucho que las personas se pongan en disposición d...