Me resulta sorprendente que no se acabe con la llegada de pateras. En esta sociedad del control llama la atención. En esta sociedad en que vemos drones armados, servicios de inteligencia, conexiones online… No sé. Encuentro extraño que no se puedan controlar las pateras.
Creo que la migración existe porque es un negocio. Básicamente es un robo. Alguien dijo que por cada migrante habría que pagar al país de origen unos 150.000 euros. El coste de su formación hasta la fecha. Los migrantes -creo yo- son personas que salen adelante, pero son sobre todo mano de obra barata y dócil que colabore a bajar los salarios de los trabajadores de los países receptores. Esto puede ser ideológico en parte pero, siéndolo, creo que sobre todo esa es la realidad que vemos cada día.
Las pateras, en mi opinión, son sobre todo, una más de las formas de selección de personal. El personal se selecciona de maneras variadas y esta sería una de ellas. Unos salen de la universidad, de las listas del paro, de la búsqueda con “ojeadores”, oposiciones, o como sea. La patera es una más.
Para incógnita la de los menores. ¿Por qué no se devuelven menores migrantes? Vemos con sorpresa la normalidad con la que se devuelven adultos migrantes de manera más o menos legal, pero nadie discute que se "acoja" menores, en razón -se dice- del superior interés del menor. ¿Seguro? Tenemos dudas de que sea así. ¿El interés del menor es romper la unidad familiar? Es muy dudoso. ¿No será más bien que a los poderes reales de nuestros países le interesa carne fresca? ¿No será una selección de personal?
Las familias españolas quizá por comodidad, seguramente por razones económicas, probablemente también por razones culturales, por lo que sea, no tienen hijos. ¿Será por esto en alguna medida que no estorba al Estado atender menores? No por amor sino por interés cuando Feijoo presidía Galicia se opuso a los líderes nacionales de su partido que negaban la tarjeta sanitaria a los migrantes; su argumento fue simple: aquí necesitamos gente. Nos parece que no repatriar menores -estructuralmente visto- es un acto de apropiación de menores, aunque algunos colaboren con buena voluntad
No entendemos que las asociaciones de familias y el amplio tejido social profamiliar no pidan que la cuestión sea estudiada seriamente. No se defiende la familia cuando se acepta que se rompan las familias pobres por intereses inconfesables. De casta.
Por otro lado la no repatriación de menores da empleo a toda una serie de burócratas, oenegés y tercer sector en general. Como dijo alguien: “No acaben con los pobres que nos vamos al paro los asistentes sociales”.
El comportamiento de los migrantes ante las grandes catástrofes posiblemente confirme esta hipótesis desagradable. ¿Por qué arriesgan sus vidas salvando a otros tantos migrantes? Un día uno lo hace en un balcón, otro día es otro en una riada. Seguro que intervienen los nobles sentimientos de todo ser humano. Pero también entra en juego el agradecimiento del que se siente acogido.
Creemos en la bondad de las personas que proponen la acogida, el trato no racista y todas esas propuestas y acciones que llevan tanto trabajo. Pero existen las estructuras y es justo plantearnos las cuestiones estructurales. Nos preguntamos si con las pateras y quizá hasta con los niños el sistema imperialista no hace más que una selección de personal. Históricamente el sistema económico no ha sido compasivo a la hora de escoger los trabajadores, nada hace suponer que lo sea hoy aunque a veces lo parezca. Con adultos y con niños.
Ahora más que nunca: Verdad en migraciones
Eugenio A. Rodríguez
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