¡Ay! ¡esos feminismos de "sólo por ser mujer" o "mujer tenías que ser"! (en su versión positiva, no como crítica)
Estas tres "señoras" empoderadas, otra más que manida palabra, son mujeres, pero no representan el feminismo, por más que hayan llegado a altas cumbres de poder.
Úrsula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ginecóloga y madre de siete hijos, para más "inri", respalda a los sionistas en su genocidio contra el pueblo palestino, aunque presume de profundas convicciones religiosas, luterana practicante. Y vista su profesión, ayuda a traer a los niños y niñas al mundo... al mundo que a ella le interesa.
Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, una mujer que piensa que los jubilados y jubiladas sobran (como si ella fuera una niña, casi 70 años), que cuestan mucho dinero al estado y que lo mejor que podían hacer era morirse: "Los ancianos viven demasiado y eso es un riesgo para la economía global, debemos hacer algo y ya!" sentenció días antes, curiosamente, de declararse la pandemia del coronavirus (sin ánimo de ser conspiranoica, lo cuento como "casua"lidad, aunque me gusta más hablar de "causa"lidad)
Kaja Kallas, Alta representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, en sustitución de Josep Borrell, especialista en impedir la paz y en alimentar la guerra con envíos continuos de armas.
Tres mujeres en altos cargos, efectivamente, pero no son garantía de nada, al contrario, mejor sería que ninguna mujer se prestara a este circo, si no tiene voluntad de cambiar las políticas de retroceso de esta UE.
Del capitalismo hipócrita que algunos, en este caso algunas, intentan blanquear con expresiones como ecocapitalismo, capitalismo friendly o capitalismo verde, llega ahora el capitalismo feminista. El capitalismo no se etiqueta, se destruye.
Ahora más que nunca: Verdadero socialismo
Mer Santiago