lunes, 1 de junio de 2020

Conocerse: tarea esencial

Para amar hay que conocerse
Conocerse vivencialmente
"Te advierto, quien quiera que fueses, ¡Oh! Tú que deseas sondear los arcanos de la Naturaleza, que si no hallas dentro de ti mismo, aquello que buscas, tampoco podrás hallarlo fuera.
Si tu ignoras las excelencias de tu propia casa, ¿Cómo pretendes encontrar otras excelencias?
En ti se halla oculto el tesoro, de los tesoros.
¡Oh! Hombre, conócete a ti mismo y conocerás al Universo y a los Dioses"     
 Templo de Delfos

Sin voluntad soy como un barco sin motor, un barco a la deriva, que puede encallar en la costa.
   
Sin sentimientos, sin corazón, soy como un acorazado, un barco eficaz que puede matar.

Sin reflexión soy como un barco sin timón, que puede avanzar mucho pero puede ir en dirección equivocada.

Sin equipo soy como un barco sin depósito de combustible, que avanza a veces.

Sin táctica, sin revisión, soy como un barco sin quilla, que avanza mal y lento.

Sin formación soy como un barco sin forma, que se hunde a la menor dificultad.

Sin acción soy como un barco que no sale de puerto, que se aburre y necesita entretenimientos.

Sin imaginación sin proyectos, soy como un barco sin aparato eléctrico, que tiene que vivir en el pasado.

Sin cuerpo, sin carne, soy como un barco sin casco: nada.

Sin descanso soy como un barco que nunca pudiera entrar en dique seco y tendría grandes dificultades de reparación.

Sin asociación soy como un barco sin cartas naúticas, sin instrumentos técnicos de navegación.

Sin relación con otras asociaciones soy como un barco sin relación con otros barcos, con los que puede colisionar.

Sin perdón soy un barco que se condena a navegar siempre los mismos mares*

Sin espíritu crítico soy un barco que se lleva la pesca de zonas empobrecidas a un acuario.*

Sin ………… soy un barco que se usa para traficar.

Sin tomar partido soy un barco con bandera de conveniencia.*

Sin acción constante, quieto, soy como un barco encallado, no me equivoco.

Sin acción cuidadosa, alocado, soy como un barco que no ve los peligros, el Titanic que se accidenta

Prudencia es moderar la acción “loca", pero también animar la acción tímida.

Prudencia es “sin prisa y sin pausa”. Hablar de prudencia solo para frenar es un fraude.

La falsa prudencia coordina los vicios.

la verdadera prudencia armoniza las virtudes: cuida de todas las cualidades del barco.

Ahora más que nunca: Mirada limpia

Eugenio A. Rodríguez

(Los marcados con * contienen aportaciones de otros hechas después de ser publicado)

1 comentario:

  1. Gracias me ha llegado esta reflexión...a dar luces para ayudar a otras personas

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