domingo, 23 de febrero de 2025

ESTIGMATIZAR

La tendencia a estigmatizar a los demás es muy frecuente en las relaciones humanas, pero la vida social y política, las personas y grupos sociales somos complejos, pues la mezcla de bien y mal atraviesa todas estas realidades, cuestión que en la vida social y política se tiene poco en cuenta.

El libro de Jonathan Haidt y Greg Lukianoff, “La transformación de la mente moderna”, clarifica esta cuestión. Los autores examinan como las buenas intenciones y las malas ideas están condenando a una generación al fracaso. Una mala idea que analizan es la falsedad de que “la vida es una batalla entre las buenas personas y las malvadas”, por supuesto que los buenos somos nosotros. Eso en política lleva a que “los estadounidenses ahora están motivados para levantarse del sofá y tomar parte en la acción política, no por amor al candidato de su partido, sino por odio al candidato del otro partido. El partidismo negativo significa que la política estadounidense se mueve menos por la esperanza y más por la falsedad de ‘nosotros contra ellos’. Hay que frenar a ese ‘ellos’ a toda costa”. Esto también pasa en las elecciones de aquí.

En la misma línea está el libro de análisis político que incluye el marketing de campañas electorales de Estados Unidos y Europa titulado, “La era del enfrentamiento”, de Christian Salmon. El título ya es de por sí toda una definición de que estamos en la lógica política de la confrontación coincidiendo con el libro citado antes. El autor constata que “la época de los llamamientos a la agrupación consensual ha cedido su lugar a la era de los enfrentamientos y las transgresiones. Se trata menos de convencer a sus opositores que de movilizar a sus partidarios. Y, para lograrlo, valen todos los medios: los insultos, la complicidad dentro del propio clan, la mala fe compartida”. Por eso están las campañas de descrédito de los otros políticos con esos discursos agresivos para suscitar no la empatía, sino la antipatía; no la pertenencia, sino la división; no la continuidad, sino la ruptura.

Ver la información política en los medios de comunicación social no genera sosiego y paz en las personas, pero sí mucha crispación y agresividad, especialmente en las campañas electorales. Estigmatizan a los otros partidos y candidatos, no solo como adversarios con proyectos distintos, sino como enemigos identificados a los que combatir ferozmente por todos los medios ya que representan todos los males para el pueblo. En las redes sociales encontramos una guerra de guerrillas basada en la transgresión, animadversión y provocación dirigidas a la emotividad de las personas desarrollando una cultura del enfrentamiento comunicativo. Muchos videojuegos son un gran medio de adaptación a la división social, a la violencia y a la criminalidad, que sirven de entrenamiento para el mundo real.

Pienso que es acertada esta constatación de Salmon: “Cuando la palabra política y el debate público han perdido toda credibilidad, la única manera de ‘existir’ en los medios de información consiste en encadenar las provocaciones y las transgresiones (...) A partir de ahora, viralidad y rivalidad, virulencia y violencia, enfrentamiento y guerra de relatos van de la mano”.

La estigmatización de los de opciones políticas diferentes tiene claras consecuencias para la sociedad que describe el Papa Francisco en Fratelli Tutti nº 15: “Hoy en muchos países se utiliza el mecanismo político de exasperar, exacerbar y polarizar. Por diversos caminos se niega a otros el derecho a existir y a opinar, y para eso se acude a la estrategia de ridiculizarlos, sospechar de ellos, cercarlos. No se recoge su parte de verdad, sus valores, y de este modo la sociedad se empobrece y se reduce a la prepotencia del más fuerte. La política ya no es así una discusión sana sobre proyectos a largo plazo para el desarrollo de todos y el bien común, sino sólo recetas inmediatistas de marketing que encuentran en la destrucción del otro el recurso más eficaz. En este juego mezquino de las descalificaciones, el debate es manipulado hacia el estado permanente de cuestionamiento y confrontación”.

Las personas y las sociedades para vivir humanamente necesitamos la cultura del encuentro y del diálogo, de la justicia y la paz, de la amistad social y la fraternidad, pues en las personas de otras opciones políticas también hay actitudes y valores positivos. El progreso y la evolución de la humanidad se basan en la colaboración por la existencia, no en el enfrentamiento, pues el ‘sálvese quien pueda’ y el ‘todos contra todos’ será peor que una pandemia. Se facilita la convivencia cuando uno es consciente del mal que hace y descubre el bien que hacen los demás, lo que favorece actitudes de agradecimiento y disminuye las de agravio.

Ahora más que nunca: Solidaridad

Antón Negro

miércoles, 19 de febrero de 2025

20 años del libro Nacer por cesárea

Ibone Olza

“Soñábamos con parir a nuestros hijos mucho antes de estar embarazadas. Tal vez desde el día en que nos vino la primera regla, o puede que antes. «Ya eres mujer», nos dijeron. Y, en el fondo, sabíamos que esa sentencia encerraba un tesoro, una fuerza, una promesa: un día podríamos dar a luz. E, inevitablemente, la fantasía: parir, amar, procrear, amamantar. Imágenes que llevamos en el inconsciente desde muy jóvenes, desde niñas.

Crecimos, aprendimos, vivimos y, en determinado momento, amamos. Deseábamos un hijo, o tal vez no. Nos embarazamos. Nos sorprendimos. Engordamos, nos redondeamos, nuestro cuerpo se desparramó...y volvimos a soñar. Soñamos con parir: parir con amor, parir rápido, en cuclillas o acostadas, en casa o en el hospital, con nuestro marido o con nuestra hermana, gritando o en silencio, bajo la luz de los focos o en la penumbra de las velas. Aullando de dolor o anestesiadas.

Con miedo o con risa. Todas soñamos con el parto, con mil partos diferentes, pero siempre, al final, con un abrazo, con un bebé que lloraba y era nuestro bebé, con nuestras lágrimas al ver su cara y olerlo al fin.

Sin embargo, casi ninguna de nosotras imaginó nunca que su hijo nacería por cesárea. Las mujeres solemos tener pocas dudas sobre nuestra capacidad para parir. Podemos temer el dolor en el parto, o que algo malo le pase al bebé, pero a muy pocas se nos ocurre imaginar que el bebé no podrá salir por la vagina y que, en vez de eso, tendrá que salir por la tripa.

No imaginábamos que sería por cesárea. Nunca soñamos con despertar solas en un quirófano, heladas de frío. Con la tripa vacía y cosida, atontadas por el dolor o los sedantes, esperando a que se acercase la enfermera para poder preguntar: «¿Y mi hijo? ¿Y mi hija? ¿Dónde está? ¿Cómo fue todo?». Esforzándonos por salir del sueño sin imágenes de la anestesia, intentando no volver a caer en él. «¿Dónde está? ¿Y mi pareja? ¿Cuándo los podré ver? ¿Puedo beber agua?». Y por dentro, una herida indescriptible, un dolor ciego, sordo, que no sabemos dónde está ni qué es. Un dolor que no identificamos, que nunca antes habíamos experimentado. «Será la herida». Es la herida. La herida emocional.”

En 2005 publicamos este libro: "Nacer por cesárea. Evitar cesárea innecesarias, vivir cesáreas respetuosas" coescrito entre el obstetra Enrique Lebrero y yo. La primera edición llevaba un prólogo de Casilda Rodrigáñez, del que extraigo:

Creo que estamos en un momento de recuperación de la maternidad; y ello requiere crear un cultura nueva de la maternidad que reconozca que la ‘dirección’ del proceso de una maternidad la lleva el propio cuerpo: el cuerpo entendido no como un aséptico contenedor sino como unidad psicosomática en donde lo fisiológico, lo sexual y lo emocional de la mujer van unidos. Nuestros cuerpos saben parir, y el útero se puede abrir «suave y lentamente, sin calambres», como dice Leboyer en su libro El Parto: crónica de un viaje. La medicina, para saber estar en su sitio, para conocer el lugar que debe ocupar en la maternidad, debiera darle la mano a la sexología; y así entender qué es un parto, cómo funciona su fisiología, de qué depende de que encuentre su ritmo y que el proceso se desarrolle de modo placentero, amable:

En vez de contraerse ‘en bloque y brutalmente’,
el útero lo hace lenta, progresivamente y casi con dulzura
cuando la contracción llega a su punto límite
observamos cómo, después de una pausa que, aun siendo breve,
no deja de ser muy nítida, el útero se relaja,
y lo hace con la misma lentitud extrema, la misma progresividad
con una nueva pausa en total reposo.
Esta lentitud, que solo tiene parangón en los movimientos
voluntariamente lentos del tai-chi-chuan, determina
que las contracciones, vistas en conjunto, se asemejen a la respiración lenta, profunda y completamente sosegada de un niño
cuando duerme y disfruta de un reposo sin par.
(...)
Los primeros planos que muestran el vientre de la mujer
no dejan lugar a dudas en cuanto a la realidad de estas contracciones.
A su vez, los primeros planos de su cara mientras sigue avanzando en ‘su trabajo’ expresan con elocuencia que, esa joven mujer, en lugar de ‘retorcerse de dolor’ avanza lentamente hacia el ‘éxtasis’.

El modo de dilatación del útero que nos relata Leboyer abre un camino de esperanza para las mujeres, al tiempo que constituye un reto para todos y todas las profesionales que trabajan en torno a la maternidad.


El libro se reeditó en 2013 con Obstare, se tradujo al portugués y al italiano, y ha seguido rulando de madre a madre. Creo que no exagero si digo que ha contribuido a que muchas madres puedan nombrar la violencia obstétrica que sufrieron en sus cesáreas, a sanar la herida emocional, a que otras muchas lograran partos gloriosos después de cesáreas, y a que las cesáreas en general se hagan de forma un poquito más cuidadosa, aunque aun queda muchísimo por hacer para lograr que todas sean respetadas.

PD: El libro está ahora disponible en formato electrónico en kindle.

lunes, 10 de febrero de 2025

Amistad (¡o familia!) por dinero

Juan Gérvas y Mercedes Pérez-Fernández, médicos rurales jubilados 

 Aunque parezca mentira, el mercado ofrece de todo.También amigos “de alquiler”. No es ficción, existe una aplicación en Internet que permite contratar a personas dispuestas a hacer de amigos por horas.

Nos parece un buen ejemplo del absurdo social en que vivimos, ¡con lo fácil que es tener amigos!


Si es posible, amigos de toda edad y condición, un círculo que no sea demasiado concéntrico, no pasa nada por algo de excentricidad. Y para eso sólo hay que saber escuchar pues cada persona es un mundo de experiencias, ¡y sapienza! Es escuchar activamente, con esa dedicación del lenguaje corporal que está diciendo “yo te creo y entiendo lo que dices y sientes, nada humano me es ajeno”.


Hay que dedicarle tiempo y ganas, sí, hay que hacer el esfuerzo de no perder el contacto, pero es una maravilla que por casa vengan, y a casas vayas, de quienes te han acompañado desde hace décadas (a veces siete, pero hay de todo, también de un año...), ¡tanto compartido!

Pones amor y ternura, y recibes amor y ternura multiplicado por cien...¿quién da más?


Es compartir adversidades, alegrías, chascarrillos, disgustos, historias, narraciones, vidas... estén cerca o lejos, los veas frecuente o infrecuentemente.

Es disfrutar y sentir que perteneces a entornos varios, que vives muchas vidas, no sólo las familiares que te tocan, también las"amicales", profesionales, vecinales, políticas,...Es un poco elegir familia más allá de la genética.

Esos círculos son al tiempo protectores y evocadores, también proyectadores (te permiten vivir cien vidas en el curso de la tuya propia).

Son amigos que no te acompañaron en el nacimiento, casi seguro (esos ya murieron) pero a muchos acompañarás a morir, o ellos te acompañarán a ti al final de la vida, cuando sea una alegría no estar en soledad sino saberte en buena compañía.


Sobre lo de "alquilar amigos" nada como la película “Familia”, de Fernando León de Aranoa, de 1996, en que el protagonista alquila toda una familia (un día, el de su cumpleaños). Es una familia formada por actores que no son entre sí familia. Hacen de hijos, mujer, madre, hermano y cuñada, y también de alguien que pasa por allí. Hay mucho dinero de por medio para actuar durante todo un día para una sola persona. Para el guión, para saber a quién representan y qué papel cumplir, cuentan con las notas que les han pasado sobre la vida del contratante.


“Esta película tiene un comienzo que desencaja al espectador por completo. Algo tan normal como darle una sorpresa a tu padre en el día de tu cumpleaños cuando éste baja a desayunar, y que realmente no lo sea, como se demuestra cuando humilla a su hijo pequeño echándolo de la familia. Un hombre rico, Santiago, convivirá durante todo el día de su cumpleaños con una serie de actores que harán de su familia. Hay que tener en cuenta que Santiago querrá llevar esa farsa, del modo más realista posible, hasta el extremo de mantener relaciones sexuales con Carmen, la actriz contratada para ser su mujer por un día”

https://www.madrimasd.org/blogs/imagen_cine_comunicacion_audiovisual/2010/05/25/125823


Esta voltereta perfecta acaba en el alquiler de personas como una forma más de prostitución, lo contrario a la amistad genuina y verdadera.

¡Con la belleza de la amistad para siempre, la amistad desprendida y comprometida, la amistad porque-sí, por la solidaridad que nos hace humanos!

jueves, 6 de febrero de 2025

Israel, tortura y mala praxis médica sobre sanitarios palestinos

Para saber más. To know more
"Torturas en Israel. Participación médica. Torture in Israel. Medical participation"
En NoGracias está publicado el documento con los enlaces y la descripción que sirvió de base a la sesión:"Torturas en Israel. Participación médica: torturadores (Israel) y torturados (Palestina). Por Profesionales de la sanidad por Palestina, España (HealthWorkers4PalestineSpain)".

miércoles, 5 de febrero de 2025

martes, 4 de febrero de 2025

Cultivar el machismo que se condena

Paradójicamente, se ve que tiene poco que enseñar...

Parece que es condición "sine qua non" para las mujeres, salir a un escenario como si la temperatura fuera de -10º, tapadas hasta las orejas, para luego sacar de golpe lo que las tapa y quedarse "en cueros" mientras discurre su momento.

Por supuesto, allá cada quien con sus gestos y gustos, pero yo, personalmente, nunca entenderé esa manía que tienen algunas mujeres de enseñar aquello por lo que precisamente dicen que odian ser identificadas.

Aún recordaremos algunos y algunas la, para mi tristemente célebre Movida de los 80, inaugurada por Tierno Galván, acompañado de Susana Estrada con un pecho fuera....
¡oh, qué gran reivindicación!

Ahora más que nunca: Verdad en comunicación

Mer Santiago