martes, 13 de octubre de 2020

¿Por qué ayudar a morir y no a vivir?



El 17 de abril del 2017, María Isabel Prieto Acuña escribía una carta al director que fue publicada en un periódico local de Vigo, lo siguiente: 

“Mi padre murió … el 23 de diciembre pasado, después de que la ELA fuese poco a poco encerrándolo en un cuerpo inerme. Fueron siete años en los que perdió toda la movilidad y, aunque poco a poco su cuerpo iba muriendo, su espíritu iba teniendo cada vez más vida. Él no podía moverse pero su sonrisa,su paz y su alegría nos movía a todos los de alrededor”. 

“Todos queremos mantener para siempre a los que queremos, por eso es triste tener que estar discutiendo la legalidad de poder acabar con la vida de cualquiera”. 

“Me indigna que seamos capaces de movilizarnos para hablar de muerte y no de vida”. 

Me uno al dolor de María Isabel, y aprovecho para plantear la siguiente cuestión a los lectores; intentando arrojar un poco de luz, en estos momentos donde el COVID19, está ocupando el centro de nuestras miradas, sin percatarnos, los menos avezados, de que en estos momentos se debate en el Congreso de los Diputados, la legalización de la “eutanasia” con sus enmiendas respectivas. 

¿Qué es la eutanasia? Significa el “bien morir”. Etimológicamente proviene del griego “eu” = bueno, “thánatos” = muerte. La Organización Mundial de la Salud la define como “ aquella acción del médico que provoca deliberadamente la muerte del paciente”. La finalidad de la eutanasia es acabar con una vida enferma, la muerte ha de ser el objetivo buscado, ha de estar en la intención de quien practica dicho acto eutanásico. Se realiza una acción ( administrar sustancias tóxicas mortales ), u omisión ( negar la alimentación, nutrición o asistencia médica debida ) sobre el enfermo. Se trata de un homicidio por compasión. Aprovecho para recordar que la Constitución Española reconoce el derecho a la vida de todos los seres humanos. Por lo tanto, no es lo mismo morirse o dejar morir, que matar o ayudar a otro a matarse. 

A día 9 de octubre del año en curso, el Comité de Bioética de España, el órgano asesor del Gobierno sobre las implicaciones éticas y sociales de la Biomedicina y las Ciencias de la Salud, ha emitido un informe del que extraigo lo siguiente: “Ni la eutanasia ni el suicidio asistido son signos de progreso, sino un retroceso de la civilización”. 

Ahora más que nunca: Solidaridad

Israel Durán

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