miércoles, 27 de diciembre de 2023

¿Qué sería del arte sin los pobres?

Emil Nolde: Cena del Señor

A Enrique Prieto, militante pobre
Porque siempre deseó ser algo más pobre
A los pobres que son Los Santos inocentes 

¿Ocupan un lugar destacado los pobres en el arte? ¿Hay algo más bello y seductor que la dama pobreza? Sin pobres algo de arte quedaría pero bien maltrecho. Hablo solo como aficionado, aunque un aficionado insistente. He visto bastante arte y he disfrutado mucho. Muchas veces en grupo, con lo cual mi visión tiene cierta amplitud. Empecé a reflexionar alguna vez sobre el arte y los pobres. ¿cuándo? no lo sé. Aclaro que por pobreza no entiendo la miseria que hace morir, que mata, me refiero a la pobreza de la austeridad.

Escribo con libertad y especialmente a los jóvenes dedico este escrito largamente meditado. He dedicado algún tiempo durante años a observar que lugar ocupa la pobreza en el arte, cómo queda retratada la burguesía y cómo queda el pueblo.

Esta reflexión quizá tenga más corazón que razón, no lo.sé. Ustedes, los jóvenes de hoy, están siendo víctimas de un fraude, a ustedes les están dando algo tan grave como la sumisión química. Primero les hacen extremadamente blanditos (hasta por parte de sus propios padres) luego la vida les da leña duramente y les clasifica en clases.

¿Cuál es el musical más visto de todos los tiempos? Los miserables. Lleva la pobreza hasta en el título. Ahí se ve claro eso que dice Adolfo Chércoles: "Un pobre es un gigante". ¡Claro! No es lo mismo un pobre que un mendigo; quien mendiga debe ser tratado con toda dignidad, pero no es lo mismo que un pobre. Un pobre es un gigante. Que trabaja, que sabe, que nutre, que crece. Trabaja, sabe, nutre y crece mucho.

Los miserables viene de una obra literaria. Quitemos a la historia de la literatura al pobre Don Quijote y al pobre Sancho y nos quedamos sin la obra estrella. Cervantes mismo fue un pobre, un encarcelado. Borges, preguntado como admirador de Quevedo, respondió estar equivocado, que era mejor ser quijotesco, que él estaba equivocado, y "cervantino, claro", dijo. Quevedo, otro pobre, y luchador si es verdad lo que dice de él Alejandro Casona en El caballero de las espuelas de oro.

¿Y si quitamos al pobre Lazarillo? Es como si nos quitaran un brazo. Lo he leído más de diez veces y me parece que el autor es un místico del pueblo. Si no lo fuera desde luego tiene Misericordia hasta con los pecados de los de abajo y lucidez con los intereses de los arriba. Alma de pobre también tenía.

¿Y Galdós? Este si que admira la pobreza y la magnificencia de los pobres y Benina (Misericordia) termina dando de comer a su señora. Deja muy mal a la burguesa Doña Perfecta. No es extraño que Electra fue la obra más representada en las Casas del pueblo socialistas.

¡Blasco Ibáñez! Magnifico ante el Trabajo en su obra regionalista, pero donde se sale del todo es en La Bodega, quizá la obra que más recomiendo. En el fondo es la biografía del anarquista que llegó a ser alcalde de Cádiz: Fermín Salvochea. Muy difícil retratar mejor los miserables terratenientes que primero sacaban el jugo a los jornaleros y luego los emborrachaban, de ahí el título. Una obra cargada de esperanza en medio de las luchas. Queda recomendada como mucho más interesante que La barraca o La catedral. Curiosas referencias a diferentes habitáculos.

Quitemos a los pobres de la obra de Delibes y a ver que queda. Quitemos El Camino y Las Ratas. No conozco ni un solo lector que no haya quedado conmovido. ¿Y si quitamos al viejo de La Hoja Roja? ¿No es acaso un pobre? ¿Y no es el fondo una pobre la que todos llamamos Lola Herrera, por ser ella quien ha representado Cinco horas con Mario? ¿Y no son unos gigantes los pobres de Los santos inocentes mientras los señoritos son unos miserables? ¿Alguien en España juzga como inmoral el asesinato por Azarias del señorito Iván?

¿Podríamos eliminar de nuestra historia Requiem por un campesino español y quedarnos como estábamos?

¿Y con el Nobel Cela que hacemos? Lo de choferesa negra es como para tirarlo a la basura. Parece que de pobre nunca quiso saber nada y hasta fue censor de aquellos tiempos de Franco; pero de pobres es La Colmena y parece de universal interés.

¿Podríamos eliminar Utopía? Sí, ya sé que Tomás Moro no era pobre, pero murió encarcelado y pobre hasta del amor de su mujer. Pobre de espíritu sí que era, si no lo fuera no habría recordado en su Utopía que la palabra oro viene de orín y que en Utopía el oro es para los orinales y para adornar a los esclavos.

Otro que ha partido de los pobres de manera magnífica es Dickens. Retrató esa sociedad de manera amable, cordial. Ocupa un gran lugar desde luego. ¿La humanidad no está acaso en deuda con Oliver Twist? Sobre Dickens (como sobre Francisco) el original Chesterton escribió buenos libros y me quedo con esta idea suya aprendida en esa escuela: Pesimista es el que cree en si mismo, optimista el que cree en los demás.

En inglés del otro lado del Atlántico ¿podríamos eliminar Las uvas de la ira? Alegato combativo y un elogio de los pobres, y las mujeres pobres. ¿Qué pasaría si elimináramos de la historia a Mark Twain con Huckelberry Finn y Tom Sawyer?

Me viene a la cabeza otro estadounidense: Historia de un esclavo americano es obra conmovedora y admirada generalmente. Un pobre que lucha, que aprende, que sale adelante. Todas las historias de esclavos incluida La cabaña del tío Tom ocupan un lugar especial en la historia del arte.

Al otro lado del mundo ¿qué queda de la literatura rusa si quitamos los pobres? ¿Eliminamos a Gorki y La madre? ¿Podríamos eliminar a Dostoievski que se pasó cuatro años encarcelado con un Nuevo Testamento bajo la cabeza? ¿Nos quedamos entonces sin El idiota? ¿Sin Los hermanos Kamarazov? ¿Qué hacemos sin Tolstoi, pobre hasta en la forma de morir en una estación de tren? ¿Nos quedamos sin Resurrección? ¿sin El Reino de Dios está entre vosotros? Y ya que hablamos de Tolstoi ¿puede la humanidad sobrevivir decentemente sin Historia de mis experimentos con la verdad de Gandhi?

Volvamos, aunque sea a saltos desordenados, a España y su poesía. ¿Hay algo más grande que la poesía amorosa de Juan de la Cruz? Cómo se le nota que nació pobre y que murió pobrísimo. ¿Quién si no un pobre puede decir casi al morir ¡Ay que preciosas margaritas!? ¿Y regalar su breviario a quién le había hecho daño?

Pobre y poeta Miguel Hernández. Colosal su ¡por doler me duele hasta el aliento!  Parece que le odiaba el burgués García Lorca. Tan burgués que le molestaba que su obra más lograda (según Borges, al menos, a quien cito de nuevo) fuera Romancero Gitano. Llegó a molestarle que fuera la más admirada y decía que "lo gitano solo es el tema”.

¿Y qué ocurre con Gloria Fuertes si quitamos a los pobres?

La gente dice:
«Pobres tiene que haber siempre»
y se quedan tan anchos
tan estrechos de miras,
tan vacíos de espíritu,
tan llenos de comodidad.

Yo aseguro
con emoción
que en un próximo futuro
sólo habrá pobres de vocación.


¿Y dónde vamos sin León Felipe?

¿Y el teatro? Antígona, obra inmortal para todos los tiempos. El mundo griego tiene sus cosas. Me llama la atención Diógenes y el diálogo que se cuenta:
-Diógenes -dice Aristipo- si hubieras aprendido a adular al Rey no tendrías que comer lentejas.
-Si hubieras aprendido a comer lentejas no tendrías que adular al Rey.

Imposible ser más certero.

Shakespeare quizá no era pobre pero hizo la qmás grande obra teatral contra la usura: El mercader de Venecia.

Quizá mi favorita, insisto en que opino solo como aficionado, sea Luces de Bohemia, el protagonista es un pobre con toda su dignidad, aunque carezca de ella su amigo. 

Unamuno no era pobre pero desde luego que los pobres quedan bien en sus escritos y en su vida dice haber aprendido mucho de su querido hijo Manuel, un marginado en la sociedad de su tiempo. Bien de pobres es Historia de una escalera de Buero Vallejo.

Cerca nuestro admiramos a El Brujo. ¿Y no son los pobres centrales en su teatro? No encontró mejores personajes que los pobres: Lazarillo, Francisco de Asís, Juan de la Cruz. Más cerca todavía tenemos a Moisés Mato y su Teatro de la Escucha. Parte quizá del Teatro del oprimido de Boal y nos ha ofrecido -entre otras muchas cosas- desde personajes como el anarcosindicalista El Noi del Sucre a su Es imposible matar la belleza, un elenco de pobres. Desde su Escuela ha colaborado a denunciar a personajes como Amancio Ortega y ha anunciado a profetas como Tomás Moro. En España quizá la mejor obra sobre migraciones sea Bajo el mismo Sol, realizada por él mismo en diálogo con David Bingong. Cambiar el mundo es una invitación divertida y seria a hacer de la vida una vocación de solidaridad y ha sido vista por miles de jóvenes.

En Iberoamérica también hay buena literatura como El matadero, de Esteban Echeverría, sobre la dictadura de Rosas en Argentina, en el siglo XIX. La vorágine, de José Eustaquio Rivera, sobre la esquilma de la selva colombiana para la explotación del caucho, expulsando y robando las tierras a los indígenas y usándolos como mano de obra esclava. Luna verde, de Joaquín Beleño: sobre la construcción, en condiciones de esclavitud (sobre todo de negros traídos de Jamaica), del canal de Panamá. Los de abajo, de Mariano Azuela, novela de la Revolución mexicana, que plantea cómo los líderes de la revolución muchas veces se terminan olvidando del pueblo, entre muchas y variadas obras.

También hay que mencionar los cuentos. Los de siempre tienen vidas de pobres como protagonistas. Ahí está Gepeto y su Pinocho, Cenicienta, Caperucita, su abuela, los cazadores y hasta el lobo. Los cuentos de Andersen en general como La cerillera. Y en el fondo también de pobreza van El gigante egoísta y El Príncipe feliz de O. Wilde. Solo por citar algo de un fenómeno mucho más amplio. Parece que en el extremo contrario según algunos está Walt Disney

¿Y los escritos pedagógicos? Los más citados son de pobres o de admiradores de los pobres. Freire quizá sea el primero con su Pedagogía del oprimido, otra vez los pobres hasta en el título. ¿Y Milani? Esa escritura perfecta a base de quitar estorbos. Era rico de origen y se hizo pobre hasta la médula (también literalmente pues además murió de leucemia). Además expandió la Escritura colectiva y de ella salieron escritores colosales. Makarenko y su Poema pedagógico, la capacidad asamblearia de los pobres. ¿Y Korzak? Hasta dio la vida por los pobres. Curioso que no sean pedagogos profesionales.

Seis tomos. Una obra colosal que encontré en la basura






    
No quisiera olvidar que Charles Moeller dedicó A L0S QUE SON POBRES su monumental Literatura del siglo XX y cristianismo en que estudia en torno a un centenar de los grandes autores en su relación con el cristianismo.

Pasemos a otras artes. Dicen que muchos buenos escritores antes fueron dibujantes. No me extraña, uno que recuerdo es Delibes. ¿Y si quitamos a los pobres del arte pictórico que queda? Quitemos los Comedores de patatas de Van Gogh, por cierto, otro pobre. Quitemos los pesebres de todos los tiempos. Quitemos los Crucificados. Quitemos los explotados, las prostitutas y toda víctima ¿Qué queda? Sí quedan los reyes, los paisajes, los bodegones, queda mucho sí.

Goya parece que no quería ser pobre pero bien pintó al pueblo de Madrid en fiesta, y bien retrató con valentía a Carlos IV con cara bobalicona y a su mujer con cara de mandona. Es de suponer que el cuadro no hizo maldita la gracia. Velazquez tampoco debió ser pobre pero si quitamos los pobres habré que quitar a los obreros de la Fragua de Vulcano. ¿Y no son casi más protagonistas de Las Meninas las doncellas que la Infanta?

La gran obra de Picasso, el Gernika, de pobres es. Un pesebre según algunos con su mula, su estrella, su madre con el hijo en brazos, etc. Aunque no lo fuera, pobres todos son las víctimas de las guerras.

¿Qué decir de la grandeza de El Bosco? De pobreza habla quien pone a un condenado cagando monedas de oro. Pobre o de una gran sensibilidad tuvo que ser quien pintó a san José lavando pañales, siglos antes del feminismo. Grande es sin duda fray Angelico y todos esos que ponen a la Virgen y a los santos trajes de señoritos y edificios señoriales, pero el decorado más que ponerle gracia se la quita.

¿Fueron pobres Miguel Ángel, Rafael, Leonardo, Murillo, Zurbarán y tantos otros? No lo sé, pero se hincharon a pintar pobres y lo hicieron bien. Si quitamos todas las obras en que salen pobres no sé que queda de la historia de este arte. Muy disminuido queda desde luego. Sorolla por ejemplo, ni era pobre ni pintó solo pobres pero ¿no producen especial ternura sus pobres?

Pasando a otra cosa ¿no es especialmente bello el arte cisterciense con su sencillez? ¿No tiene un especial atractivo el románico? De pobres desde luego es si tenemos en cuenta a los verdaderos constructores de catedrales durante siglos. Sí, tienen valor los arquitectos y los grandes pero también son imprescindibles los pequeños, los pobres que las hicieron. Arte son, desde luego, pero les quitan la pobreza y parecen que pierden algo. Arte sí es el barroco, pero cansa ¿no?

De música entiendo menos aún. No distinguiría, oyéndolo, a Haydn de Mozart. Ni Stravinsky. Gustarme sí, desde luego. De pobres parecen ser los espirituales negros, no los Beatles, creo. Aunque hasta los Beatles cantan a la Virgen pobre en Let it be (Hágase). Lo mismo que Bumbury, Scorpions, Elvis y tantos otros. María, pobre, ha atraído a todos.

Mozart parece que no fue pobre. Don Leopoldo, su padre, menos. Pero de pobres no dejan de hablar, no en La Flauta mágica, pero sí en El Mesías o en el Requiem. ¿Y Nabucco? ¿Qué me dicen de Nabucco y su coro de esclavos?

¿No es especialmente de los pobres el flamenco? Son palabras mayores. Bueno, que de música y pobres escriba quien sepa o pase referencias a los demás.

Como he dicho hablo como aficionado. No soy versado en tantos temas. Escribo casi como un desahogo. Recuerdo aquellas palabras de Juan Pablo II: los pobres no son un fardo pesado.

Para arte asequible el cine. ¿Qué queda del cine si quitamos los pobres y la pobreza? Queda mucho, desde luego, pero pierde obras esenciales. Algunas ya las hemos citado al hablar de libros. Una muy especial sería Las uvas de la ira, otra Los santos inocentes.

Entre los grandes citemos a Buñuel y preguntémonos que queda de él sin los pobres de Viridiana. Queda Buñuel sí, pero muy disminuido. Lo mismo ocurre si eliminamos Plácido de Berlanga. Quitemos, si quitamos los pobres, el neorrealismo italiano y estamos dando de baja un capítulo muy hermoso. Quitemos el cine combativo ¡menuda pérdida artística! ¿Es lo mismo la historia del cine sin Costa Gavras? ¿sin Ken Loach?

Películas admiradas universalmente como La vida es bella no deja de ser la historia de amor de unos pobres ("¡Buenos días princesa!") y va de un pobre camarero que da la vida por su hijo con humor y amor en medio de la barbarie y la frialdad del señorito que solo se preocupa por sus adivinanzas ¿puede haber crítica más mordaz a la insensibilidad de los ricos?

¿Qué es sino una historia de pobres Los chicos del coro? Lean las letras traducidas y gozarán. Van de esperanza, de noche y luz, de ardor de la vida, de tormentas y cometas al viento, sí, de esperanza. ¿Y quién es su héroe sino otro pobre, el maestro solidario que creyendo en los pobres y con una sensibilidad peculiar para cada uno hace una verdadera obra de arte?

Capítulo aparte merece Capitanes intrépidos. A mí al menos me parece mejor la película que el libro, y mucho. Los pobres como educadores de los ricos. El magnate deseduca a su hijo (y el colegio de élite, más o menos lo mismo) y así se va construyendo sin saberlo un auténtico monstruo. El niñato podría haber muerto como consecuencia de su capricho pero unos pobres le salvan. primero la vida en sentido básico, después en sentido moral. Un grupo de marinos hacen de él una verdadera persona. El capitán es magnífico, el amigo que le rescata es colosal. Su "enemigo" también termina humanizado. Un himno total al trabajo. La película no oculta la muerte en el trabajo y la trata con enorme respeto y sensibilidad.

¿Qué es sino una historia de pobres Cinema paradiso? Alfredo, un pobre; la madre, una pobre; el loco, un pobre: el ambiente, un pueblo pobre; el comunista obligado a emigrar, un pobre; el protagonista, un pobre que alcanza la infelicidad cuando deja de ser pobre, feliz en algo, finalmente, cuando ve los cortes hechos por un pobre que supo renunciar a todo: "Vete, no vuelvas".

Me gusta mucho (aunque no sea una obra maestra mundialmente reconocida) Karol, sobre Juan Pablo II, realmente un pobre hasta en los zapatos que oculta bajo la
sotana en el cónclave. Y ese pobre magistral que es el sastre que iluminó su vida. Esa escena me parece portentosa. Pero es que además, en general, no deja de ser una película también sobre un sindicato: Solidaridad.

El cine social, el cine de movimiento obrero, es colosal. Novecento, Germinal, Sacco y Vanzetti, Rosa Luxemburgo, Daens y tantas otras. En él se reflejan especialmente las luchas de los pobres, sus debilidades también, sus disputas. Poco conocida la que más me ha impactado es Las cenizas de Ángela. Fue como una aparición. Iba yo medio adormilado en aquellos butacones del viejo barco (el más barato) que no bajaba de cuatro horas de travesía Gran Canaria-Tenerife. Barcos tan viejos y lentos como inmensos. Con unas mil plazas de capacidad sobraba sitio por todas partes y ponían películas y películas. Y allí apareció una historia obrera interesantísima. El padre era un hombre tremendamente simpático, nada luchador, borrachín. La madre una auténtica gigante ("un pobre es un gigante") moviendo todas sus capacidades, soportando las humillaciones del asistencialismo, la abuela beata, las aventuras de los niños. No me enteré del título y la iba contando por aquí y por allá y nadie la conocía entre los expertos que conozco. Al fin apareció uno que la conocía y pude verla una y otra vez. De todo este artículo es la que más recomiendo. Sí, ya sé que seguramente es mejor El Quijote pero para gustar del monte tampoco
Pescadores  con cayucos ayudaron a los pasajeros
del todavía encallado Assalama
hace falta ir al Himalaya; me quedo con Las cenizas de Ángela. Por cierto que no mucho después pescadores de cayucos tuvieron que ayudar a los pasajeros de un barco de aquellos que había sido retirado de rutas anteriores y con un nuevo nombre unía Canarias con África. Y encalló.

¿No será Chaplin el más grande en la historia del cine? Pues quiten a los pobres y veremos que queda de Chaplin. Quitemos El Chico, al vagabundo, La Quimera del Oro (con el valor de llamarlo "quimera"), Luces de la ciudad, Tiempos Modernos. Hasta Candilejas no deja de ser la historia de un pobre. ¿Qué me dicen del final de El Gran dictador? ¿Hay una mayor llamada al amor, a la libertad? No quiere ser emperador y dice "el poder que se le quitó al pueblo se le reintegrará al pueblo". Son palabras para releer. Impactante a más no poder el final, tras el discurso, nada fácil de encontrar por las redes. Las última palabra es un auténtico colofón. No es del discurso, es de Ana, y dice: Escucha(ver aquí)

Y en el ámbito latino que decir que Cantinflas. Su crítica a la burocracia, su ternura con el joven y pobre cura de alguna de sus películas.

Hablando de películas sí quisiera hacer una alusión al menos a los científicos a partir de la película Madame Curie. Para poder estudiar, primero tuvo que trabajar ella misma mientras estudiaba su hermana. Cuando empezó a trabajar su hermana ella pudo estudiar. Con Pierre Curie creo que formó un matrimonio pobre: su viaje de bodas en bicicleta, su forma de trabajo, de alimentarse, de cuidar de sus hijas, su despreocupación por los premios, su carencia de trajes adecuados a ciertas ceremonias, su renuncia a los derechos de propiedad y tantos otros pequeños detalles.

En España el cine social también ha tocado las alturas. A mí me gusta especialmente Adiós pero son decenas las películas sobre los barrios realizadas por autores en que es claro el orgullo por ser de barrios pobres. Recientemente me ha gustado Chavalas, no sé si es especialmente buena o una más de las pelis en que los barrios son un tema central de cine español. También las cárceles como Celda 211 o las clásicas no españolas en este caso La fuga de Alcatraz, La milla verde y tantas otras.

De escultura podríamos decir cosas similares. No hay (que yo sepa) un monumento al despilfarro ni al mejor jamón sino el David de Miguel Ángel, o las Piedad que hay por el mundo entero. Y si vas a Valladolid nada como el Museo de escultura con las figuras religiosas del pobre Jesús en la Cena, atado a la columna o como sea, con Juan de Juni o y Gregorio Fernández a la cabeza. He observado por diferentes ciudades el permanente homenaje escultórico al trabajo: pescadores, artesanos, industriales, etc es un homenaje infinito. De vez en cuando puedes encontrarte una escultura a la letra de cambio, pero esa línea es escasísima.

De danza no sé nada aunque en Carmen (Bizet) algo pintan los pobres.

Hemos dado un repaso subjetivo a algunas de las artes reconocidas como tales para intentar destacar que el arte y la belleza pierden, y mucho, si se quita a los pobres. La pobreza, sin embargo, no es amada, quizá por error o por ignorancia, o -sin más- por el atractivo de la buena vida o de la propaganda de la buena vida.

La pobreza como virtud (nada que ver con la miseria) merece elogio. Los que fueron pobres y se hicieron ricos saben lo que deben a su origen y hablan con respeto de aquello. Federico Jiménez Losantos, en Cien de los nuestros, recoge grandes personajes de nuestro entorno y en certera elección escribe con gran respeto y elogio de los pobres. Pobre, o muy solidario al menos, fue quien él destaca como el español más influyente de todos los tiempos: Francisco de Vitoria, el inventor del Derecho internacional. Pero incluye a socialistas señeros como Julián Besteiro y anarquistas como Melchor Rodríguez y Cipriano Mera. Chapeau. Otro periodista reseñable en este sentido es Jesús Quintero. Por sus entrevistas pero también por sus temas como la magnífica Si Cristo volviera a la tierra.

El elenco se queda corto, sí, desde luego. Cuantas más obras falten más verdadera será la tesis central: sin pobres, sin pobreza, queda mucho menos arte. Hemos dejado para el final la mejor definición de arte. La de Milani, que tanto llamó la atención de Pasolini: “Así hemos comprendido qué es el arte. Es querer mal a alguien o a algo. Reflexionar sobre ello despacio. Buscar la ayuda de los amigos en un paciente tra­bajo de equipo. Poco a poco sale a flote lo que hay de verdadero bajo el odio. Nace la obra de arte: una mano tendida al enemigo para que cambie”.

Todavía nos quedaría una cuestión crucial en la que no hemos entrado: Dejado claro que la cantidad de arte inspirado y/o realizado por pobres es enorme ¿qué podremos decir de la calidad? También, y quizá sean los pobres esenciales en el arte en cuanto a la calidad. Es decir, desde la perspectiva de los pobres se dibuja un mundo más ajustado a la realidad, más universal, qué incorpora las grandes aspiraciones de la humanidad, frente al arte burgués, más chiquito, psicologicista y particular. Esta cuestión en la cual apenas entramos queremos dejarla al menos apuntada.

Alguien dijo, no sé quién, que el círculo vicioso de la miseria se combatía con el círculo virtuoso de la pobreza. Tenía razón. El gran enemigo de la miseria no es la pobreza sino la riqueza y especialmente la mentalidad burguesa, tantas veces abrazada por muchos aplastados. La pobreza del pueblo es el gran sujeto capaz de acabar con toda miseria. El capitalismo, el demonio, o como queramos llamarlo, juega la baza de hacer soñar con lo que no da. Ha inventado loterías y otras mil mentiras para ocupar los corazones de quienes podrían abrazar la libertad de la pobreza. Rovirosa, un burgués que se hizo pobre, comparaba la riqueza con un traje que nos queda grande: es tan incómodo como el que nos queda pequeño. Desear las riquezas o tenerlas no da realmente alegría, da más bien tristeza. Por eso el arte y la belleza están llenos de pobres. En el arte los pobres tienden una mano al enemigo -la burguesía- para que cambie.

Ahora más que nunca: Verdad

Eugenio A. Rodríguez





domingo, 24 de diciembre de 2023

EL REGALO DE LA PALABRA

Con el desarrollo de la informática y los programas de tratamiento de textos fácilmente se piensa que estamos ante el mayor cambio acontecido en la historia de la humanidad. Pensar así es debido, entiendo yo, a la pérdida de la perspectiva histórica de lo que supusieron los cambios acontecidos en la historia anterior.

Un cambio mucho mayor fue la invención de la escritura, ya que esta supuso superar, trascender dos limitaciones físicas de golpe: la del espacio y la del tiempo. La escritura hace que ya no sea necesario estar ante quien habla ni cerca para conocer lo que este expresa. La palabra de las personas ahora escrita puede “oírse” a cientos o miles de kilómetros de distancia, y también cientos o miles de años después. Los límites espacio-temporales son trascendidos, superados con lo que la vida humana toma otra dimensión en la comunicación. Los cambios posteriores a ella, como la imprenta y el tratamiento de textos, son más bien graduales, progresivos.

Por otra parte en la escritura y en el lenguaje es realmente milagroso que con menos de 30 letras se puedan componer millares de palabras diferentes en centenares de idiomas. Eso sin olvidar la gran bendición que supone que todo conocimiento y experiencia vital que una persona le pase a otra no lleva consigo que los pierda para sí. Dar conocimientos y experiencia a otros, por tanto, no nos empobrece, sino que además nos enriquece.

Así nos acercamos a lo más milagroso que es el regalo, adquisición, descubrimiento, invención y uso del lenguaje simbólico y conceptual que abre tantas posibilidades de diálogo, comunicación y comunión, experiencia, conocimientos, reflexión, autoconocimiento y autotrascendencia... Podemos decir que la palabra, el lenguaje, nos hace personas humanas. De este modo sabemos que, además de ser engendrados biológicamente, necesitamos ser engendrados socialmente, para que mediante el proceso de socialización lleguemos a ser miembros colaborativos de la sociedad. Somos constitucionalmente seres sociales para el diálogo, la solidaridad y la fraternidad.

En este sentido es muy revelador y muy buena noticia el comienzo del evangelio de San Juan que se lee en la Misa del 25 de Navidad y en el domingo del 2 al 5 de enero, si lo hay. En él se afirma que “en el principio existía la Palabra, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba en el principio con Dios” (Jn. 1,1-2). Desde este evangelio es fácil de entender que la persona humana fue creada a imagen y semejanza de Deus, que esto, además de ser muy Buena Noticia y Don, nos pone ante la responsabilidad de emplear las palabras de una manera sagrada para el bien de todos y a no corromperlas en la mentira, engaño y divisiones que deshumanizan y nos apartan de Deus.

Luego Juan continúa diciendo que “todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe” (1,3) con lo que nos hace tomar conciencia del poder constructor que tiene la palabra para que con ella y la acción correspondiente ir creando y recreando la familia, los grupos, las comunidades y hasta un proyecto de pueblo, nación, varias naciones unidas o ser una única humanidad.

Continua: “en ella estaba la vida y la vida era a luz de los hombres, y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron” (1,4-5). ¡Cuántas veces una palabra amiga nos iluminó el camino, disipó oscuridades en nuestra vida! Una Palabra Divina que nos iluminó el camino de la vida y nos dio fuerza para atravesar la noche y llegar al amanecer con nuevas esperanzas y fuerzas para una vida renovada.

La persona no crece cerrándose sino acogiendo y dándose: “pues de su plenitud hemos recibido todos, y gracia por gracia” (1,16). ¡Cuántas alegrías y buenas noticias nos vinieron por palabras, especialmente lo que llamamos Buena Noticia, Evangelio! ¡Cuánta energía, aliento, gratuidad agraciada, fuerza y espíritu se nos comunicó por la palabra! Por eso se entiende el movimiento de médicos que cuidan especialmente la palabra como elemento terapéutico, entre los que destaco a Rof Carballo, natural de Lugo (“Juan Rof Carballo: la curación por la palabra” de Antonio Piñas Mesa).

Finaliza el texto del evangelio: “a Dios nadie le ha visto jamás: el hijo único, que está en el seno del Padre, él lo ha contado” (1,18). El Dios invisible solo puede ser conocido a través de su Palabra hecha ser humano para humanizarnos. Tan fundamental es la palabra que nuestros conocimientos los entendemos con palabras y con ellas los transmitimos a otras personas. Por eso, para la humanidad se hace fundamental en la convivencia diaria la fidelidad a la palabra dada a los hermanos y no es posible crecer en humanidad, si no cuidamos humana y divinamente las palabras que empleamos y siendo conscientes que debemos ser coherentes con que “y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros” (1,14) para sanarnos y salvarnos de todo mal.

Ahora más que nunca: Verdad en Comunicación

Antón Negro

jueves, 7 de diciembre de 2023

LA BATALLA DE LA ATENCIÓN

Jaime Nubiola/Facebook

En esta semana me han llegado dos interesantes artículos sobre la atención. El primero de Graham Burnett y otros dos autores publicado en el New York Times del 24 de noviembre. Lleva por título «Powerful Forces Are Fracking Our Attention. We Can Fight Back» [Fuerzas poderosas están cuarteando nuestra atención. Podemos contraatacar]. El segundo en La gran aldea «La crisis de atención de nuestros días» de mi amigo y colega Rafael Tomás Caldera, publicado el 2 de diciembre. 

 Al mismo tiempo, en mis dos semanas de docencia en la UIC, he podido comprobar cuánto les cuesta a algunos de mis alumnos mantener la atención en las clases a pesar de que sean muy activas y participativas. Quizás estén cansados de la jornada —son al caer la tarde—, quizá tienen la cabeza en los trabajos que han de hacer para otras asignaturas o en los mensajes que esperan recibir por una red social. Aun así, me parece que simplemente no tienen el hábito —no lo han adquirido todavía: son alumnos de primero— de prestar atención a lo largo de hora y media de clase, pues la imparto en dos bloques de 45 minutos con un breve descanso intermedio de 10 minutos.

 Graham Burnett en su artículo en el New York Times considera que hoy en día "el problema de la atención volátil o fragmentada ha alcanzado verdaderamente proporciones catastróficas" tanto en la enseñanza secundaria como en los primeros años de universidad. Recomienda prestar atención a la atención, esto es, dedicar espacio en la enseñanza a enseñar a escuchar lo que otros dicen, a leer un texto enterándose, o a mirar un paisaje o una obra de arte. Lo que las enseñanzas de humanidades habrían de lograr es precisamente este entrenamiento de la atención.

 Por su parte, Rafael Tomás Caldera destaca que la atención es un regalo, porque es una "entrega de nuestra disposición, de nuestra actitud [...] una entrega del yo que se hace a un lado para que podamos ver el rostro de la otra persona o aquel pequeño prodigio de la naturaleza que, como a un niño, es capaz de fascinarnos". Qué observación más penetrante que recuerda aquello que escribió Simone Weil: "La atención es la forma más rara y pura de la generosidad". La atención no es fruto del esfuerzo, sino de la limpieza del corazón que se deja llenar por lo que dice o hace el profesor, por un texto cautivador o por una obra de arte.

 Para lograr esto es preciso que mis alumnos se olviden durante hora y media de su yo, de sus inquietudes y problemas del momento, y me entreguen generosamente su atención a mí o a sus compañeros que están exponiendo sus ideas. Para mí resulta siempre un desafío e intento de clase en clase cautivar la atención de los estudiantes: no siempre lo consigo.

Barcelona, 7 de diciembre 2023.

Ilustración: Stefan Draschan, Salir con Arte

sábado, 2 de diciembre de 2023

Dios a la intemperie. Panfleto poético sobre fondo grafitero.

Escribí este poemario, el tercero en el que me aproximo al tema de Dios, desde la perspectiva de quien desea creer. Creer a toda costa.

Después de emborronar algunas libretas con mis deshilachados versos compruebo que…

Yo solo escribo poesía sobre Dios.
Por eso mis versos sueltos
Se entretienen en todos los temas.

Escribiendo sobre la intemperie, me acerco a la intuición de que no hay nada que no remita a la espiritualidad. 

La verdad enterrada bajo siete capas
Supura por las costuras de la humanidad herida.

A la intemperie es posible abrazar la esperanza. La belleza también se oculta en la oscuridad. La historia de los pobres del mundo evidencia que se puede superar la tentación de la desesperanza.

He visto las flores
romper el asfalto,
a mujeres como robles
saliendo del charco
con el mundo a cuestas.

El alter ego desde el que escribo es un grafitero, un buscador de identidades. En el fondo, un buscador de totalidad.

En las búsquedas nos encontramos. Confiemos que este poemario sirva de puente entre ateos y creyentes, más cercanos de lo que podemos intuir.

Un creyente y un ateo se encontraron
En las esquinas rotas de la existencia.
Los dos, ente el abismo,
Se reconocían en la misma angustia.

Ahora más que nunca Buscar la verdad

Moisés Mato


Razones que justifican una lista de pacientes (cupo) de 5.000 personas por equipos de atención primaria

Espino albar del monte con sus miles de flores Sierra Norte, Madrid Foto Juan Gérvas Juan Gérvas, Doctor en Medicina, médico general jubil...