lunes, 3 de abril de 2023

VIAJE A LA TORMENTA INTERIOR DE LOS MIGRANTES

Foto: El País
Un centro sanitario de Roma, pionero en tratar la salud mental de quien llega a Europa tras sufrir torturas y violaciones que les impiden integrarse.


Rajib Bayati, de Bangladesh, 27 años, es un ejemplo más de esta locura que sufren tantas personas anónimas, los "nadie". Tenía un motocarro a pedales que servía de taxi. Decidió comprarlo a plazos al propietario. La mala suerte se cebó en él y le robaron su medio de vida. No pudo pagar y el propietario lo amenazó de muerte. Puso tierra por medio: Dubai, Egipto, Libia. Aquí buscó trabajo pero un hombre lo secuestró, lo encerró en un cuarto sin luz y sin ventana y lo torturó para que le diera el número de teléfono de su familia y pedir un rescate. Así aguantó, prácticamente sin comer y rodeado de sus excrementos, hasta que un día le vendaron los ojos y lo dejaron en una calle de Trípoli, casi sin moverse.

Por abreviar: un compatriota lo recogió, trabajó para él y consiguió dinero para coger el barco con 83 personas más. "Aún hoy pienso en suicidarme. No sé ni dónde estoy", confiesa.

En Roma, cerca de la estación Termini, y desde 2008, hay una luz en este túnel. Psiquiatras y psicólogos de Salute Migranti Forzati (Salud de los Migrantes Forzados, fundada hace 15 años por Giancarlo Santone) atienden a los recién llegados. Giancarlo atendió a Rajib. Enseña su "inventario salvaje", incompatible con una vida sin tratamiento psiquiátrico.

Otra vez, "particulares" dando lecciones a los gobiernos. Estos ni están ni se les espera para las personas vulnerables.

Ahora más que nunca; Profesión

Mer Santiago


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