domingo, 31 de julio de 2022

Regalar el aprobado

En los últimos años parece que los gobiernos quieren bajar el fracaso escolar. La vía escogida no es enseñar más y mejor, sino la de bajar el nivel de exigencia académica y facilitar que se obtenga la titulación incluso con algunas asignaturas suspensas. Pero lógicamente esta medida de política educativa favorece a unos y perjudica a otros. 

La bajada en el nivel de exigencia lleva consigo que esas titulaciones se devalúen, lo que perjudica a los más pobres, a los que tienen que trabajar seriamente para ganarse la vida, mientras que favorece a los que tienen más medios económicos y/o relaciones sociales con los de buena posición social.

Bajar el nivel de exigencia en los procesos formativos sirve a aquellos para quienes los títulos son un cuadro decorativo, también a los que por su posición familiar tengan acceso por medios caciquiles y de corrupción a ciertos puestos de trabajo, que así resultan vetados a las personas más pobres y éticas. Aceptar esto es socialmente grave y deja sin argumentos para quejarse o protestar cuando se sea víctima de esa corrupción. Los profesionales del sistema educativo pueden empeorar o mejorar la situación.

Me quedó grabada en la memoria una oferta de trabajo aparecida en los periódicos a principios de los 80 del siglo pasado que ponía esta condición: “absténganse los titulados por la universidad de Santiago y de la Laguna”. Su título universitario no tenía valor, por lo que los pobres a los que les costara tanto titularse habían sido timados. Poco después le dije a un estudiante a punto de graduarse con doble título en una universidad con mucho nivel de exigencia: “Tú no vas a tener ningún problema en encontrar trabajo”, pero me contestó: “Eso lo dices tú. Sí que tengo problemas. Es que son tantas las ofertas que no sabes cuál aceptar”. Así que: ¿“Es preferible suspender y saber que aprobar y no saber”? -como le dije a un familiar. Lo importante es saber. A más conocimientos mejor te puedes entender a ti mismo, a la vida y a la naturaleza, mejor puedes ayudar a las personas que amas... El saber incluye conocimientos técnicos y también alcanzar madurez personal y capacidades para la convivencia social.

La importancia de esta amplitud en la formación la vemos en estos ejemplos:

-Nos contó un industrial catalán en China a propósito del problema de ese país con los hijos únicos: “El otro día contraté a un joven chino para la oficina y en el trabajo me preguntó: ¿‘dónde está mi impresora?’ Le dije: ‘Tenemos una impresora multifunción y llega para todos’. Contestó: ‘Pues yo quiero una impresora solo para mí’. Al replicarle que llegaba para todos la que había, no volvió a trabajar”.

-Dos ejemplos de España:

1) El responsable de una empresa reprende a los profesores de una ingeniería universitaria madrileña por los profesionales que titulaban, pues la madre de un contratado reciente llamó a la empresa para decirles que su hijo no volvía a trabajar porque un compañero lo había mirado mal...

2) A una gran empresa tecnológica española va un joven acompañado de los padres que insistían en entrar con él a la entrevista de trabajo... evidentemente no le dieron el puesto de trabajo.

En ambos casos se ve clara la poca madurez humana y capacitación para la convivencia de esos trabajadores y los padres son poco promocionadores del hijo y demasiado sobreprotectores, incluso se diría que castrantes. Ya lo dice la sabiduría popular: “Hay amores que matan”...

Resultan difícil de entender las huelgas de los estudiantes sin asistir a clase por las consecuencias que tienen, por ejemplo:

a) Les dan vacaciones a los profesores y, por tanto, cobran sin trabajar.

b) Renuncian al bien de aprender, conocer, saber y capacitarse para vivir y comprender.

c) Eso perjudica a las personas que más quieren, porque al tener menos conocimientos no van a ayudarles de la mejor manera.

d) Fácilmente lleva consigo que los pobres, sobre los que realmente cae el peso de los impuestos por no poder transferirlos a otros, tengan que pagar más por su formación.

Esto quiere decir que hay que reconsiderar la lucha por la justicia en el campo de la enseñanza para que los estudios sean un bien para la humanidad y para los pobres, y no un perjuicio.

Desvaluar y regalar titulaciones es un perjuicio para los pobres y ellos lo que necesitan es un saber que los acerque a una sociedad más justa, libre y solidaria. 

Ahora más que nunca: Justicia

Antón Negro

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