martes, 20 de septiembre de 2022

FUTBOL E HIPOCRESÍA

Han muerto miles de personas construyendo los estadios para el mundial de Qatar. Un país sin tradición futbolística, que no respeta los derechos humanos, pero que tiene mucho dinero. El mundial de Qatar se organiza sobre la base de más de 6.500 muertos reconocidos que construían esos estadios en condiciones de esclavitud; se organiza con la corrupción cómplice de la FIFA (Suma y sigue) y como una gran operación de imagen de un estado totalitario a la que se prestan sin rubor todos los estados que afirman defender los derechos humanos.

En la retórica del mundo del deporte, asumida de forma general por el periodismo actual, con frecuencia se habla de los valores como algo asociado naturalmente al deporte. No podemos negar la pertinencia de esa asociación. Los valores deportivos deben de evidenciarse en el terreno de juego y en las gradas, afectan a los deportistas y al público. Cuando eso no ocurre merece una reprobación pública. Los comportamientos racistas, los insultos, las agresiones, … no tienen cabida en el deporte. Por el contrario, las muestras de respeto, la solidaridad, la humildad y la aceptación de la derrota deben valorarse de forma universal.

Sin embargo, ese consenso en los comportamientos individuales de deportistas y aficionados, no parece tener su equivalente a la hora de juzgar a los responsables de organizar los eventos deportivos. La corrupción, los atentados a los derechos humanos, la sumisión a los intereses espurios, … no parecen ir contra el espíritu deportivo. No sólo es hipocresía. Los negocios que provocan muertos son negocios criminales, vengan de donde vengan. Los negocios corruptos son inmorales, se hagan donde se hagan. El mundial de Qatar muestra con claridad el absurdo: Qué los que participan en el deporte tengan valores, que los que lo organizan puedan entregar la copa manchada de sangre.

El domingo pasado en el derbi madrileño hubo comportamientos racistas contra un jugador del Real Madrid. Hechos que deben ser rechazados sin ningún tipo de paliativos. Más de 100 titulares en los medios de comunicación al día siguiente sumaban sus voces al coro de condena. En las puertas de ese mismo estadio se denunciaba la inmoralidad del mundial de Qatar. Los medios de comunicación tan sólo se hicieron eco de las declaraciones del emir de Qatar diciendo que se ataca el mundial porque se celebra en un país musulmán. Balones fuera. La prensa también juega a confundir. 

Lo cierto es que todas las personas que entrenan a la infancia y a la juventud en los miles de clubs deportivos, las que dan clase de educación física, las que tienen hijos e hijas practicando deporte tenemos una oportunidad de oro para explicar que los valores del deporte también incluyen la organización del deporte. De lo contrario, debemos de advertirles, el futbol es una forma más de difundir la hipocresía.
 
 Ahora más que nunca: Verdad

Moisés Mato

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