Jose R. Loayssa
Una cuestión clave para el futuro de al pandemia cual es el resultado de la inmunidad producida por la infección natural en individuos ya vacunados. Si esta infección es capaz de proporcionar una inmunidad de calidad equivalente a la infección en personas que no han sufrido la infección previa, el futuro de la Pandemia se despeja, es decir que veremos ondas periódicas de carácter predominantemente estacional con una repercusión en términos de enfermedad grave y muerte escasa. Pero que sucedería si a causa de la denominada fijación a antígenos (AF) o pecado original antigénico (POA) la inmunidad de los vacunados incluso después de una infección natural no fuera a largo plaza tan efectiva como la inmunidad adquirida por infección en personas que no estaban vacunadas en el momento de esa infección. La endemización de la COVID-19 se acompañaría de más consecuencias que en si este fenómeno no se produjera, e incluso podría ser substancialmente mucho mayor. Veríamos en cada onda morir a muchos vacunados a pesar de que ya hubieran sufrido infecciones previas.
¿Es esta incapacidad de alcanzar una inmunidad potente, duradera y efectiva después una infección natural en una proporción por determinar de la población vacunada, una especulación sin ninguna base?. Creo que desde luego no se puede asegurar que sea un proceso que se de con gran frecuencia pero tampoco que sea imposible que se dé. La cuestión en todo caso sería su alcance. Los indicios cada vez más abundantes de que los vacunados se pueden contagiar y enfermar (en principio con enfermedad leve) en mayor proporción que los no vacunados apunta en una dirección preocupante. De momento no parece que los vacunados que se infecten sufran cuadros severos, pero esto puede ser algo transitorio y sobre todo ante nuevas variantes podría ocurrir como consecuencia de POA- AF.
En un reciente informe de la vigilancia vacunal en el Reino Unido se ha encontrado que los anticuerpos frente a la proteina N de los infectados que habían sido previamente vacunados declinaban más rápidamente que los mismos anticuerpos en personas que habían pasado la infección sin estar vacunadas. https://assets.publishing.service.gov.uk/government/uploads/system/uploads/attachment_data/file/1027644/Weekly_Flu_and_COVID-19_report_w42_v2.pdf. Aclaramos que la proteina N es una proteína de de la nucleocapside del virus que tiene capacidad inmunógena. La cuestión podría de relieve que la infección genera inmunidad frente al virus completo y no solamente frente a la proteína de superficie (proteina S)- Parece ser que la proteína N genera anticuerpos que se activan de forma energina inmediatamente después de la infección del virus, pero los anticuerpos frente a la proteína S, podrían precisar en un vacunado cantidades de proteína S que solo están presentes cuando el virus empieza a causar daño celular.. Eso explicaría que los vacunados trasmitan más la infección que los no vacunados que se re-infectan (hallazgo que también parece cada día más establecido). La cuestión verdaderamente preocupante sería si las vacunas dificultan (como el hallazgo de un decline rápido de los anticuerpos anti proteína N) un inmunidad de base amplia si hay una infección con posterioridad a la inyección vacunal.
¿Es esta incapacidad de alcanzar una inmunidad potente, duradera y efectiva después una infección natural en una proporción por determinar de la población vacunada, una especulación sin ninguna base?. Creo que desde luego no se puede asegurar que sea un proceso que se de con gran frecuencia pero tampoco que sea imposible que se dé. La cuestión en todo caso sería su alcance. Los indicios cada vez más abundantes de que los vacunados se pueden contagiar y enfermar (en principio con enfermedad leve) en mayor proporción que los no vacunados apunta en una dirección preocupante. De momento no parece que los vacunados que se infecten sufran cuadros severos, pero esto puede ser algo transitorio y sobre todo ante nuevas variantes podría ocurrir como consecuencia de POA- AF.
En un reciente informe de la vigilancia vacunal en el Reino Unido se ha encontrado que los anticuerpos frente a la proteina N de los infectados que habían sido previamente vacunados declinaban más rápidamente que los mismos anticuerpos en personas que habían pasado la infección sin estar vacunadas. https://assets.publishing.service.gov.uk/government/uploads/system/uploads/attachment_data/file/1027644/Weekly_Flu_and_COVID-19_report_w42_v2.pdf. Aclaramos que la proteina N es una proteína de de la nucleocapside del virus que tiene capacidad inmunógena. La cuestión podría de relieve que la infección genera inmunidad frente al virus completo y no solamente frente a la proteína de superficie (proteina S)- Parece ser que la proteína N genera anticuerpos que se activan de forma energina inmediatamente después de la infección del virus, pero los anticuerpos frente a la proteína S, podrían precisar en un vacunado cantidades de proteína S que solo están presentes cuando el virus empieza a causar daño celular.. Eso explicaría que los vacunados trasmitan más la infección que los no vacunados que se re-infectan (hallazgo que también parece cada día más establecido). La cuestión verdaderamente preocupante sería si las vacunas dificultan (como el hallazgo de un decline rápido de los anticuerpos anti proteína N) un inmunidad de base amplia si hay una infección con posterioridad a la inyección vacunal.
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