Es doloroso cómo Vox y PP rebuscan unos votos del supuesto "mundo cristiano". Y cómo otros pueden caer en banalizar esta experiencia y silenciar duelos y dudas.
No hay ningún síndrome post aborto reconocido por la comunidad científica. No todas las mujeres sufren tras un aborto, y las que lo hacen, no presentan tal "síndrome".
Tanto la investigación como la clínica nos dicen que puede haber procesos dolorosos antes, durante y después.
Hay mujeres, quizá bastantes, que viven duelo, un proceso natural tras una pérdida. Y porque están en duelo, requieren ser acompañadas y cuidadas. Puede haber también duelo en las parejas y otros seres queridos, y nunca el silencio o la negación ayuda en el dolor.
Hay mujeres, menos, que tienen trauma. A veces hay trauma por la dificultad de una decisión que puede ser difícil, ambigua, donde una puede sentirse en lucha consigo misma. Puede haber trauma porque se decide abortar en un contexto de violencia, sea violencia de género, o familiar, sanitaria, laboral, económica. Tantas violencias... He acompañado duelos por abortos muy poco "voluntarios". Y porque hay trauma, necesitan reparación y acompañamiento.
Hay otras mujeres a quienes no les ocurre nada de esto tras un aborto. ¡A ver si ahora vamos a pasar de negar estos duelos a imponerlos por decreto!
La polarización dificulta diálogos y reflexiones necesarias. La crispación causa más dolor a las mujeres y provoca soledad.
Tras algunos abortos hay violencias, shock y miedo que restan libertad. No ayudan los slogans y la simplificación.
Sí ayuda un adecuado apoyo sociosanitario y transformar estructuras injustas que dificultan la maternidad.
Ayuda acompañar desde el amor.
Y todo esto a nivel personal, sanitario y social

Tanto la investigación como la clínica nos dicen que puede haber procesos dolorosos antes, durante y después.


Hay mujeres que piensan haberse equivocado, o incluso se arrepienten de su decisión. El proceso de revisar la decisión tomada puede continuar tras la interrupción, y es personal, intransferible y delicado. No es nada extraño que en encrucijadas tan complejas, se tengan dudas o se elijan caminos que luego se revelen equivocados. También estas mujeres precisan ser escuchadas, cuidadas y respetadas.

La polarización dificulta diálogos y reflexiones necesarias. La crispación causa más dolor a las mujeres y provoca soledad.
Tras algunos abortos hay violencias, shock y miedo que restan libertad. No ayudan los slogans y la simplificación.
Sí ayuda un adecuado apoyo sociosanitario y transformar estructuras injustas que dificultan la maternidad.
Ayuda acompañar desde el amor.
Y todo esto a nivel personal, sanitario y social
Se trata de tomar conciencia de que hay un ser humano vivo, personal, distinto a su madre y con todos los derechos a vivir. Desde esa toma de conciencia, se puede iniciar un diálogo de respeto a la vida del otro, y al derecho a ver la luz del sol. Porque, ya ha nacido en el vientre de su madre.
ResponderEliminarNo dejarle nacer y vivir es quitarle su derecho a la vida. Y eso todos sabemos que es un crimen.
Simplemente, se trata de defender los derechos de las personas, y el embrión, es una persona en desarrollo, ya nacida en el vientre de su madre. No se puede matar al más indefenso de los seres humanos, y eso debe arraigarse como un derecho constitucional en las sociedades humanas. Lo contrario, sería admitir una manera específica de matar.