jueves, 15 de agosto de 2024

Educación y cotidianidad familiar.

Día compartido en familia
junto a unos amigos disfrutando
del pueblo de Roncal (Navarra)
La semana pasada estuve en un curso sobre Educación. Tenía el título de "Emergencia Educativa", dentro del aula Malagón -Rovirosa. En este enlace hay más info: https://solidaridad.net/profesion-y-solidaridad-curso-emergencia-educativa-del-aula-malagon-rovirosa-2024/

Me resultó interesante reflexionar sobre quién está realmente educando a nuestros hijos: ¿la familia, la escuela, el Estado, el mercado, las RRSS...?

Hubo exposiciones que se referían a cada uno de estos actores que intervienen en la educación.

También vislumbramos la película "Lunana" ambientada en Bután, al que llaman el país más feliz del mundo. No puedo resumir el largometraje aquí, pero me quedo con la frase que quizá lo resuma: "Un maestro puede tocar el futuro".

Uno de los talleres en los que más disfruté y aprendí, fue cuando reflexionamos sobre aquello que más nos había marcado en nuestra educación desde nuestra niñez hasta la actualidad. Fue bonito recordar mi propia infancia, al igual que la adolescencia y juventud, donde ya puedes ir tomando decisiones que marcarán profundamente tu vida.

La verdad que aunque las experiencias eran diversas todos tuvimos en común aquello que fue trascendental para nuestro crecimiento humano: el amor entre nuestros padres, la acogida incondicional especialmente de la familia, los juegos con hermanos y primos, el ejemplo y correcciones de personas cercanas, la apertura a otras personas necesitadas y realidades de sufrimiento, la confianza, la responsabilidad, la libertad, la fe, la importancia de la lectura, el contacto con la naturaleza y el mundo rural...

Todas las vivencias que los asistentes compartían eran experiencias en las que existía la comunidad, la familia, el compartir humano o la solidaridad. Eran acontecimientos que poco tenían que ver con las Nuevas tecnologías o con las Redes Sociales, tampoco sé resaltaron los tiempos de consumo o el ocio en sí, como importantes para la propia Educación.

Por supuesto, todo esto me hizo pensar en la educación de mis propios hijos.

Reconozco que me dió cierto vértigo el ser consciente de la cantidad de agentes que nos quieren robar la educación de nuestros hijos, pero ganó la Esperanza de que somos muchos los que queremos que la educación sea protagonizada por la familia 

En esta hermosa tarea estamos.

Ahora más que nunca: educación

Rut Ayerra
Esposa, madre y educadora de secundaria. Pamplona

P.D: Por cierto, acabamos en urgencias para poner 3 grapas en la cabeza de uno de nuestros hijos, por una pedrada.
Nada grave.

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