No sólo eso, desde entonces dos sentencias judiciales han avalado su uso, pese a que en un caso la bebé murió en el parto poco después de que a la madre se lo pincharan y en otro caso la madre perdió el útero. A esas dos madres que lo denunciaron los tribunales les han dicho que se puede dar haloperidol en el parto sin informarles. Es terrible y a mi el tema me desespera especialmente tras haber estado en esos dos juicios explicando porqué es una barbaridad pinchar media ampolla de haloperidol a una mujer que está de parto o con pródromos de parto. Llevo años denunciándolo pero da igual, en el juicio más reciente la jefa de obstetricia de una clínica privada madrileña dijo que lo siguen usando bastante y que no ven ningun problema con hacerlo. Me parece una forma especialmente grave de violencia obstétrica que estando de parto den un fármaco que te deja «drogada» (así lo describen muchas mujeres) sin siquiera decírtelo (estas dos mujeres se enteraron al reclamar su historia clínica mucho tiempo después del parto). Es una forma de sumisión química.
Os dejo aquí la comunicación que hice el viernes en el III Congreso Internacional sobre Violencia Obstétrica en la Universidad Jaime I. Se agradece difusión.
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