domingo, 13 de febrero de 2022

Litros de lejía

Lola Pavón

Si alguien está tratándose el estómago o la piel con el mejor tratamiento, pero al salir de sus consultas médicas y tras tomar su medicación se ve obligad@ a exponerse o a tomar un litro de lejía cada día, ¿creéis que se curará?

La respuesta es obvia, ¿verdad?

¿Y por qué no aplicamos la misma lógica a la salud mental?

Cuando en consulta veo a jóvenes que no encuentran trabajo, o los que encuentran les explotan. Y se ven atrapad@s en vidas que no les permiten avanzar ni proyectar nada.
Cuando veo que la gente no tiene tiempo más que para trabajar y para la logística del día a día.
Cuando veo que las relaciones se han convertido en una transacción donde los cuidados no aparecen, casi.
Cuando veo a las familias sin poder conciliar, haciendo malabares imposibles, que les desgastan y les consumen hasta la extenuación.
A peques tratad@s como si fueran cosas por un sistema que les ningunea continuamente.
A mujeres y niñ@s maltratados sin que se les proteja adecuadamente.
A mayores y personas con discapacidad arrinconad@s en residencias que les restan sus derechos más básicos.
A profesionales de sanidad, docencia, o servicios básicos agotad@s y maltratad@s.

…En fin, sé que no todo es así. Veo también muchas cosas buenas cada día. Y sé que hay mucha gente haciendo muchas cosas por mejorarlo todo. Contra viento y marea, en muchas ocasiones.

Pero cuando en consulta veo personas que, tratando de mejorar, viven entre litros y litros de lejía, sin poder hacer mucho para protegerse, porque no depende de ell@s, me entristezco.

Lo peor es que esas personas creen que es culpa suya, que no se cuidan lo suficiente, que es por no esforzarse o por no ponerle ganas. Y no, en muchos casos, es que están tragando litros y litros de lejía por un sistema poco humano o maltratante. Y muchas veces es muy complejo poder dejar de estar expuest@ a esos contextos.

Recientemente fue el día de la Lucha Mundial contra la Depresión, y mi reflexión va en este sentido.

¿No creéis que quizás la clave está en lograr unos contextos que generen condiciones de vida dignas y saludables?

Los tratamientos, sin tener en cuenta la necesidad de intervención en los contextos de vida, se quedan muy muy cortos en muchas ocasiones y mi acompañamiento en esos casos va muy en la línea de “el problema no está en ti, demasiado que estás siendo capaz de sostener eso que estás viviendo, que es absolutamente terrible”. Y desde ahí ver si la persona puede ir saliendo o alejándose de ahí. Pero no siempre es fácil.

Sin pretender ser pesimista, espero que podamos identificar las “lejías varias” y combatirlas, porque sin eso no podremos remediar que en torno a un 20% de la población sufra de depresión (entendible perfectamente) o que se produzcan 11 suicidios al día (mas que muertes por Covid al día).

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