Antes del COVID19 ya había países ricos y pobres regiones ricas y pobres clases ricas y pobres |
España está sobre todo y en primer lugar rota en clases. Hay gente por encima del salario mediano y gente por debajo. Gente que alquila viviendas y gente que vive en viviendas alquiladas. Gente que invierte en bolsa y gente que paga por tener sus exiguos ahorros en el banco. Y hay una zona media también que ahora no viene al caso.
Pero las desigualdades se entremezclan. Junto a esa desigualdad de “clases” una desigualdad “primera”, hay una desigualdad “segunda” que es la desigualdad territorial. En media España se come mejor, se lee más, se viaja más, tiene menos listas de espera, más ayudas sociales, más AVE y mejores Cercanías; ahí están, por ejemplo, los no-trenes de Extremadura.
La ruptura de España o la amenaza de ruptura ¿a quién beneficia? A los más pobres no; beneficia a los ricos. Cataluña quiere comer aparte porque quiere comer más. el País Vasco ya lo hace.
Canarias también es una comunidad rota. Dicen que hay mil canarios que tienen más de cincuenta locales o viviendas. Eso es una verdad ”primera”. Pero hay una verdad “segunda” y es que Canarias, en el panorama español, espejismos turísticos aparte, es una comunidad pobre. La separación de España a Canarias no le interesa ni siquiera desde el punto de vista económico, además de otras razones de tipo moral.
Así las cosas si un político canario apoya a Sánchez realmente no favorecen a los pobres de Canarias. Hablarán de izquierda y de progresismo. Aludirán a “agendas canarias” pero pasarán los años y veremos que no se ha resuelto el problema de trabajar y seguir siendo pobre, el problema de la vivienda, el problema de los jóvenes que se van fuera…. Esos problemas seguirán porque ser de izquierdas no es hablar de políticas progresistas sino hacer políticas de igualdad; y la política que dependa de los separatistas no aumentará la justicia.
Me parece que nada hay más anacrónico y peligroso que el nacionalismo. El problema primero de Vox es que es un nacionalismo español, como el de Franco. No pocos defendemos que no se puede ser verdaderamente progresista y nacionalista. Es imposible ser nacionalista y de izquierdas. Lo han dicho muchos y tan variados como Julio Anguita, Savater o Redondo Terreros como bien recoge Julia Navarro en “La izquierda que viene”, aunque basta un buscador de internet para encontrar verdaderas perlas.
Si queremos dejar a nuestros hijos un mundo mejor, una España mejor, una casa común mejor hay que ver qué hacemos con tantas fracturas. Ver unas y negar otras no creo que sirva al bien común. El que a estas alturas del partido no vea que nos lo jugamos todo en la política vive fuera del mundo.
Ahora más que nunca: solidaridad
Eugenio A. Rodríguez
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