miércoles, 18 de septiembre de 2024

Convierten a los pobres con problemas sociales en enfermos mentales



Lluis Amiguet/lavanguardia

Es más fácil recetar antidepresivos a quienes sufren carencias sociales, como la escasez de vivienda, que solucionarlas con una administración eficiente. El diagnóstico del doctor Joan-Ramon Laporte es categórico: nos medicamos demasiado y no por nuestro propio interés, sino por el de quienes se lucran con la hipermedicación.

Estamos dando con nuestros presupuestos públicos –y, ay, impuestos– soluciones farmacológicas fáciles, que benefician sobre todo a quienes las venden, a problemas sociales de solución más compleja que recetar medicamentos.

Y si dudan de su diagnóstico, repasen las siguientes estadísticas: el quintil más pobre de catalanes consume siete veces más antidepresivos que el quintil más rico; las mujeres, más del doble que los hombres; los mayores de 65 años, siete veces más que los menores de 65; los parados, cuatro veces más que los empleados, y a quienes no tienen vivienda, se les recetan seis veces más que a los que sí la tienen.

Laporte pide más formación bioquímica para los médicos y que no se reduzca la visita en el ambulatorio a la mera extensión de la receta, sino que acompañen más al paciente más allá de la mera prescripción farmacológica. En otros países, como Suecia o Dinamarca, se gasta mucho menos en medicinas y mucho más en atención y acompañamiento clínico.

Los españoles somos quienes más vamos al médico y más nos medicamos en Europa mientras se reducen los niveles umbral de colesterol que requieren estatinas, que se recetan masivamente sin tener en cuenta sus efectos secundarios; o también se rebaja el nivel de lo que se considera obesidad que exige medicación.

Que el gasto de esa inmensa cantidad de medicamentos inútiles fuera dedicado a resolver la falta de vivienda, o la pobreza y la soledad sería mucho más sano para todos menos para quienes se benefician de que se receten masivamente.

El fundador del Institut de Farmacologia de Catalunya acaba con las dos últimas paradojas de la invención farmacológica: en la nueva clasificación de enfermedades psiquiátricas del 2015 se especifica que la tristeza, a los 15 días de la muerte de un ser querido, es patológica y que debes recetar antidepresivos, cuando en la anterior clasificación del 2008 ese periodo era de tres meses. Y los niveles de Índice de Masa Corporal a los que se consideraba obeso a un paciente cada vez son también más bajos mientras aumenta el precio de los pinchazos de semaglutida para adelgazar.

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