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martes, 30 de enero de 2024
DOCTOR ZHIVAGO, DE DAVID LEAN
Estas navidades pasadas tuve la ocasión de ver y disfrutar “El doctor Zhivago” una película magistral que brilla especialmente en medio de tanta mediocridad a la que nos quieren acostumbrar las plataformas de cine en los nuevos formatos que ofrece hoy la televisión digital. Por eso, voy a iniciar unos comentarios sobre películas que yo he visto recientemente y que me gustaría que formaran parte de una serie que se titularía “LAS PELÍCULAS QUE YO AMO”
Y la primera es “Doctor Zhivago” Una gran producción europea dirigida por David Lean, de 1965, que tuve ocasión de ver en la tarde del pasado día de Navidad. De entrada, hay que decir que esta película exige ser vista en la pantalla gigante de una sala de cine, y como no es posible ahora, nos conformamos por el momento con admirarla en el formato doméstico de nuestro televisor de gran pantalla.
En su tiempo yo leí la gran novela de Boris Pasternak -que no se pudo editar en Rusia-, en la que se basa la película. Lo hice con gran fruición, al igual que al ver su magistral adaptación al cine. Algunos críticos de cine observaron que traicionaba el espíritu de la novela, pero yo, cada vez que la contemplo, le encuentro detalles y matices nuevos y los diferentes movimientos de masas (manifestaciones, el deambular de los fugitivos, las tropas perdidas en la nieve) no poseen el duro y frio tratamiento digital.
Las aventuras y desventuras del médico y poeta Yuri Zhivago (interpretado por el egipcio Omar Sharif de un modo algo deficiente) en medio de la revolución bolchevique, sus amores arrastrados por el vendaval de la guerra y la feroz dictadura comunista, se nos narran ambientados en el entorno bellísimo de una naturaleza hermosa y cruel a la vez: las vastas llanuras nevadas de la estepa, los inmensos bosques de pinos y abedules, los campos florecidos de amarillos narcisos sirven de telón de fondo de las diferentes situaciones en las que vive este pobre poeta lírico, reprimido por la represiva censura del Partido.
Además de muchos otros temas, en “Doctor Zhivago” se nos representan los difíciles dilemas éticos en los que se mueve la conciencia de su protagonista. ¿cómo seguir viviendo entre la vida conyugal con Tonya (Geraldine Chaplin) y su familia y el amor maravilloso que enciende en su corazón la sencilla costurera Lara y que se convierte en fuente de su inspiración poética? ¿Cómo renunciar a la intimidad y belleza de su poesía y escribir según las pautas del ramplón realismo estético comunista? Esa situación dialéctica entre las dos mujeres de su vida equivale a la tradición (su matrimonio con Tonya, una mujer bastante sosa con una unión conyugal que parece de conveniencia y aceptada con poca convicción) y su pasión por Lara una mujer del pueblo, valiente, que ha sido engañada y envilecida por su cínico amante Komarovsky.
Secuencias inolvidables: el entierro de la madre de Yuri, cuando niño y la balalaika (¡al fondo se ve el Moncayo nevado!); la manifestación y posterior represión por el ejercito zarista; cuando el Doctor Zhivago se pierde en el bosque y se encuentra con Strelnikov ;el encuentro de los dos amantes en la casa de campo…
David Lean, el maestro director ingles se sirve de los recursos, para indicar la coyuntura moral en la que viven los protagonistas, de la luz. -¡los claroscuros de la revolución!- a él, el médico, siempre en primeros planos ensombrecidos con una luces y sombras casi expresionistas y a ella, Lara, con una luz que encendida que arrebola su bellísimo rostro, destacando donde sus maravillosos ojos azules y y su cabello de fino oro.
José Luis Barrera Calahorra
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