jueves, 25 de febrero de 2021

COVID 19 no es una CONSPIRACIÓN, la gestión de la Pandemia SÍ.

La cultura política se refleja en cómo las personas se acercan a la administración de los asuntos públicos, cómo se sitúan ante el Poder y el Estado, los procesos de legitimación de la autoridad y la visión de la relación de esta con la ciudadanía y sus derechos.

Los Gobiernos han llevado a cabo una línea de actuación una de cuyas finalidades era precisamente modificar esa cultura política hacia presupuestos de sumisión y de legitimación del poder del estado y los gobiernos. También han tratado de fortalecer actitudes reaccionarias hacia la comunidad y su papel. Para ellos los ciudadanos son por naturaleza irresponsables y necesitan autoridades fuertes. La batalla no era para salvar vidas sino para domesticar a la sociedad. Todo eso se ha realizado sin la oposición, de hecho casi con la aquiescencia de la izquierda, incluso la que se considera revolucionaria.

Decimos que ha sido un plan al principio elaborado de forma poco definida y coherente, luego recogido incluso en documentos oficiales. En Alemania quedó claro cuando un documento previamente confidencial apareció en la página web del Ministerio del Interior alemán:  el acta de una reunión del grupo de trabajo sobre coronavirus; reconocía que el alarmismo era la estrategia de la agenda oficial creada para gestionar la epidemia. 

Se planeó hablar del alto número de infecciones cuando las muertes no eran muchas y al revés. El objetivo central era lograr un efecto de shock masivo. Por poner algún ejemplo, como comentan en su libro Reiss y Badkhi, entre las intervenciones planificadas estaban:
1) La gente debería asustarse con una descripción detallada de la muerte por COVID-19 como "ahogamiento lento". Imaginar la muerte por una insoportable y lenta asfixia incita al mayor de los temores.
2) Se debe decir a la gente que los niños son una fuente peligrosa de infección porque sin quererlo llevan el virus mortal y matan a sus padres.
3) Las advertencias sobre las alarmantes consecuencias tardías de las infecciones de SARS-CoV-2 debían ser propagadas. Aunque si luego no se probara su existencia o dimensión, asustarían a la gente.

En conjunto, esta estrategia buscaba que todas las medidas previstas se aplicaran con la aceptación general del público.

Ahora más que nunca: Autogestión

Jose R. Loayssa

1 comentario:

  1. ¿No sería el momento de recordar el movimiento judicial sobre la existencia de una justicia internacional para los crímenes contra la humanidad sobre la base de que no prescriben?

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