jueves, 23 de junio de 2022

Andalucía, elecciones 2022 - Luis García Prieto

Conversamos en la emisora diocesana con el periodista Luis G. Prieto sobre las recientes elecciones en Andalucía

lunes, 20 de junio de 2022

Atención primaria en España: dónde estamos y a dónde queremos ir

Una propuesta del Seminario de Innovación en Atención Primaria celebrado en Toledo, en su fase presencial, los días 10 y 11 de junio de 2022
http://equipocesca.org/atencion-primaria-en-espana-donde-estamos-y-a-donde-queremos-ir/

Dónde estamos

En el actual contexto político internacional de predominio neoliberal los servicios de los especialistas focales de hospitales y clínicas especializadas parecen responder mejor a las expectativas y demandas de tecnología, biometría y salud de las clases sociales media y alta y a la creencia en una medicina brillante y cuasi-milagrosa, consumista y basada en diagnósticos precisos e intervenciones puntuales, que “devuelve” y potencia la salud de quienes se supone que saben cuidar de sí mismos, en un marco ajeno a los determinantes sociales. Una medicina que responde a la visión individualista y tecnológica como ha demostrado la respuesta sanitaria a la pandemia covid19, que “da buenas noticias”, centrada en una prevención exhaustiva que todo mal evita.

En contraposición, predomina la idea de que los servicios de atención primaria y comunitaria prestados básicamente por generalistas, medicina y enfermería de familia, deben limitarse esencialmente a pacientes sin capacidad de “cuidar de su salud”, por deterioro senil, escasa educación formal o por otros factores que obligan a su atención por profesionales que cuidan y ayudan a sobrevivir sin dar el protagonismo que merecen los determinantes sociales ni las “condiciones de vida”.

La reforma de 1984 apenas ha recibido soporte político y presupuestos adecuados, y tras casi cuarenta años la atención primaria proyecta una imagen de desolación que ahuyenta a los propios profesionales y a determinados grupos de pacientes. Es cierto que hay centros de salud ejemplares, quizá cientos (como muestra, San Pablo en Zaragoza, Cudillero en Asturias, La Mina y El Raval en Barcelona, Daroca en Madrid, Camarenilla y Arcicollar en Toledo y Almanjáyar en Granada), pero no se promueve ni estimula el aprender de ellos, el “benchmarking” que los señale como referencia de que es posible desarrollar atención primaria de calidad con el modelo público de 1984.

Los errores iniciales han impactado sin corrección alguna pues se sigue pretendiendo responder a necesidades distintas con escaso presupuesto y un modelo uniforme y rígido que no ha potenciado la longitudinalidad, el valor básico de la atención primaria, ni la polivalencia, la capacidad de respuesta inmediata y resolutiva que da prestigio y atrae a los mejores profesionales y ciudadanía. Tampoco se ha cumplido la Ley General de Sanidad de 1986, especialmente en lo que se refiere a la universalización del derecho a la atención y la desaparición de las mutualidades (acceso directo a especialistas focales de entidades privadas de seguros, pagado con presupuesto público, para el funcionariado civil y militar).

A esto hay que añadir la falta de iniciativas para desarrollar la vertiente comunitaria de la atención primaria, hecho que ha imposibilitado la integración o, al menos, coordinación de los recursos territoriales (activos comunitarios de salud) desde una perspectiva intersectorial y, por tanto, transversal.

A dónde queremos ir

El objetivo final es conseguir una atención primaria y comunitaria atractiva y resolutiva que capte a profesionales sobresalientes (en el sentido científico y técnico pero sobre todo humano) para responder con mirada longitudinal y competencias polivalentes a los problemas de salud de pacientes, familias y comunidades, contando con su participación para mejor paliar los efectos de los determinantes de salud, tanto dentro como fuera de las consultas.

Para aproximarnos a este objetivo consideramos conveniente:

Destacar las fortalezas de la atención primaria y comunitaria española y tomar ejemplo de los numerosos centros y equipos que han puesto en marcha iniciativas de excelencia asistencial, docente e investigadora.

Promover iniciativas de análisis crítico del modelo instaurado en los años 80 que tengan en cuenta los diferentes contextos poblacionales (rural/urbano), socioeconómicos y culturales para hacer aflorar nuevas perspectivas estratégicas, organizativas y de actividades de promoción de la salud, prevención y asistenciales reparadoras con los recursos propios de la atención primaria y comunitaria. Es imprescindible pasar de la cultura de la queja a otra propositiva e innovadora.

Para salir del pozo lo primero es dejar de cavar y para ello hay que cambiar la narrativa y recuperar los relatos de grandes referentes nacionales en lo que respecta a los elementos conceptuales básicos de la atención primaria y comunitaria, como la longitudinalidad y la respuesta polivalente a los problemas. En España contamos con múltiples ejemplos que deberíamos utilizar como puntos de referencia pese a ser habitualmente poco conocidos, como el proyecto liderado por el recientemente fallecido Lorenzo Arribas en el centro de salud de La Chana (Granada) y su “unidad clínica de atención familiar”.

Devolver al “Sistema Nacional de Salud” el sentido de “Servicio Nacional de Salud” y ofrecer atención primaria a toda la población (funcionariado e inmigrantes sin papeles incluidos) bajo control/regulación gubernamental y de potenciar aquellos aspectos que mejoren la eficiencia y la equidad, con servicios ajustados a necesidades y sin (o con bajos) copagos que reviertan en lo posible la Ley de Cuidados Inversos.

Encontrar nuevas fórmulas de relación laboral profesional con el sistema público que promuevan su mayor independencia en la prestación de servicios. Tenemos ejemplos claros en diversos países europeos, como Dinamarca, Noruega y Países Bajos con potentes sistemas sanitarios públicos y cupos en atención primaria.

Garantizar el primer contacto y la longitudinalidad en la atención a los problemas de salud a lo largo de la vida (centrada en las expectativas y creencias de personas, familias y comunidades), mediante la prestación de servicios apropiados, de alta calidad y cerca del paciente (hacer el 100% de lo que hay que hacer y no hacer el 100% de lo que no hay que hacer), capaz de coordinar los servicios de especialistas focales y sociosanitarios cuando sean necesarios.

Exigir la implantación de la atención primaria en las facultades de ciencias de la salud, como campo de conocimiento con estructura académica propia y pilar básico que ha de impregnar la formación a lo largo del grado.

Poner en marcha inminentes acciones correctoras para no incrementar el riesgo de irreversibilidad de los problemas.

NOTA

Este texto es producto del Seminario de Innovación en Atención Primaria (SIAP) celebrado en su fase presencial en Toledo (España) los días 10 y 11 de junio de 2022, que estuvo precedido por un debate virtual durante el mes previo

http://equipocesca.org/etica-de-las-pequenas-cosas-del-dia-a-dia-en-la-clinica-seminario-de-innovacion-en-atencion-primaria-numero-44-en-toledo-espana-presencial-los-dias-10-y-11-de-junio-de-2022/

El tema general fue “ética de las pequeñas cosas”, y este texto es un producto colectivo que surgió a partir de la presentación de Amando Martín Zurro (médico de familia, profesor y responsable de planes estratégicos de formación en atención primaria) “Evolución de la Atención Primaria y Comunitaria en España. De las expectativas de los años 80 a la situación crítica actual”

http://equipocesca.org/resumenes-de-las-ponencias-en-el-seminario-sobre-etica-de-las-pequenas-cosas-celebrado-en-toledo-en-su-fase-presencial-los-dias-9-y-10-de-junio-de-2022/

martes, 14 de junio de 2022

COVID E INFANCIA. ¿PODEMOS APRENDER?

Isabel Canales (pediatra) y Manuela Contreras (matrona y miembro de la plataforma escuela y covid).

Resumimos en estas líneas nuestra visión y estudio de lo acontecido en relación a la pandemia covid y la infancia y sus consecuencias (más ampliamente recogido en uno de los capítulos, del libro “Una pandemia sin ciencia ni ética”, de J. R. Loayssa  y A. Petruccelli, mayo 2022).

1. Se pudo hacer un mejor balance riesgos-beneficios

En los diferentes momentos de la pandemia muchas cosas se han dicho y hecho en relación a la infancia y adolescencia. Repasar cronológicamente todo ello, no desde lo que sabemos ahora sino desde las dudas y también el conocimiento que había en cada momento, es posible. Si bien es cierto que inicialmente la incertidumbre dominaba la escena, se iban acumulando datos, testimonios y evidencia que señalaban la idoneidad de revisar, incluso corregir algunos protocolos e informaciones ampliamente extendidas.

Cuando todavía caminábamos entre sombras y uno de los mensajes más extendidos sobre los más jóvenes era el falso “hipercontagiadores” o el “son muy resilientes”; cuando en los inicios del confinamiento las primeras voces se alzaban alertando sobre las posibles consecuencias sobre infancia y, además de una invisibilización general de los más jóvenes, se repetía “ no hay evidencia que hable del daño de las medidas sobre los niños”; antes de que los primeros datos cercanos al respecto aparecieran, la filósofa Marina Garcés, entre otros, expresaba lo siguiente respecto al impacto del confinamiento sobre los niños ( abril 2020): “Los hay que están viviendo unas pequeñas vacaciones con sus padres. Los hay que están metidos en verdaderos infiernos” (1). La evidencia científica necesitaba tiempo para construirse pero confinamiento y vida en libertad no son ni eran equiparables. Disciplinas como la filosofía, la sociología, la ética ponían luz sobre todo ello pero no parecían ser tenidas en cuenta.

Se publicaban los primeros datos. A principios de abril 2020, la Fundación para la Ayuda de Niños y Adolescentes en Riesgo ANAR destacaba que “muchos niños y adolescentes están sufriendo más violencia y desprotección que nunca” y, como hecho insólito, subrayaban dentro de las agresiones extrafamiliares las producidas por los vecinos (1,7%), entre otros (2). También en abril 2020, una editorial publicada en The Lancet alertaba sobre los más de 154 millones de niños que se habían quedado sin escuela en América Latina y Caribe, de los cuales 85 millones se beneficiaban de programas de alimentación en la escuela y eran 10 millones de niños para los que aquella comida suponía una de las fuentes más fiables de nutrición (3). ¿Era ésta una realidad “lejana”? La pobreza infantil se encontraba cerca del 30% ya antes de la llegada del coronavirus a nuestro país, y afectaba a 2,2 millones de niños, niñas y adolescentes, según los datos de la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) para 2019. Dependiendo de las fuentes, entre medio millón y un millón de niños y adolescentes carecían de ordenador en su casa, en la era de la escuela digital (4). La plataforma de Asociaciones de Psiquiatría y Psicología Clínica por la Salud Mental en la Infancia y Adolescencia, publicaba en Abril de 2020 un informe en el que analizaba estudios científicos referidos al impacto en la salud mental de otras pandemias y las medidas tomadas en las mismas como cuarentenas y aislamientos. Advirtiendo que un 30% de los niños, niñas y adolescentes podrían presentar síntomas de estrés post-traumático por las medidas impuestas en la gestión de la COVID-19 (5).

Tras las primeras semanas del confinamiento conocíamos asimismo los primeros estudios cercanos sobre las consecuencias del mismo en la infancia. El estudio de la Universidad del País Vasco “Las voces de los niños y de las niñas en situación de confinamiento por el Covid-19” (6), apuntaba a un impacto negativo a diversos niveles: académico, físico, social y emocional. OPIK, entre otros, en su informe “La salud de la infancia confinada” (7), con más de 11.000 encuestas realizadas en todo el Estado destacaba: “el 25% de la población no tiene espacio exterior al que salir en su vivienda”,” el 25% de los niños está más de 6 horas delante de pantallas”,” el 20% de la población infantil no está realizando apenas ejercicio físico” y todo ello era más acusado en los hogares vulnerables cuyas viviendas presentaban más humedades, ruido, tabaco y falta de luz solar que el resto.

Y aun así estuvieron 42 días sin poder salir de casa, sin parangón con ninguna otra edad y con muchos de los países europeos. Era necesario pronunciarse sobre las medidas y sus consecuencias, porque entre otras nos jugábamos su Salud Mental. La Sociedad Francesa de Pediatría (8) lo hizo en Mayo 2020: “Queremos tranquilizar a los padres...La Covid19 en los niños es una enfermedad benigna en la casi totalidad de los casos. Hay muchos más beneficios que riesgos en recuperar la vida colectiva”. En nuestro medio hubo escasas alusiones oficiales al respecto hasta Junio, cuando la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria y Save the Children destacaban en su informe “La nueva normalidad educativa y de ocio” (9): “el riesgo sin precedentes que el cierre de los centros educativos había supuesto en términos de protección a la infancia y derecho a la educación”, siendo esto especialmente grave en los niños y niñas más vulnerables. Entre los numerosos datos que se aportaban destaca “el alumnado en situación de vulnerabilidad tiene 4 veces más probabilidades de repetir curso que el resto de sus compañeros a mismo nivel de conocimientos”.

Tras aquel verano se abrieron las aulas pero los protocolos sustituyeron en demasiadas ocasiones al sentido común. Y a finales de curso los hechos y la evidencia científica revelaban el gran impacto de medidas como los cierres de escuelas o los confinamientos en la salud mental (10) y aprendizaje (11) de la infancia y juventud. Hasta el punto que algunos investigadores (10) instaban a los gobiernos a tener en cuenta las consecuencias negativas para la salud pública antes de adoptar medidas restrictivas en la infancia. La Asociación Española de Pediatría alertó en junio de 2021(12) que las urgencias pediátricas por problemas psiquiátricos habían crecido un 50%, los ingresos en unidades de psiquiatría infantil se habían multiplicado por cuatro, y por dos los trastornos de conductas alimentarias. Algunas familias y pediatras (13) se preguntaban si el próximo curso dejaríamos a los niños ser niños, y nos sorprendía que aún se pudieran escuchar eslóganes como “los niños son héroes”-dicho por la ministra de educación (14)-, “resilientes” o “se adaptan bien”, porque temíamos que colaborara a esconder estas dramáticas consecuencias y prolongar, al siguiente curso, algunas de las medidas de los protocolos educativos que no contaban con un adecuado balance riesgo- beneficio, como así sucedió. En el curso 2021/22 se continuaron aplicando medidas desproporcionadas durante meses en las escuelas, como el confinamiento de toda una aula con un único caso positivo, la sectorización de los patios o el uso de mascarilla hasta realizando deporte al aire libre.

En demasiadas ocasiones se vivía un ambiente de criminalización que no seguía más que la lógica y el discurso mediático imperante. Les hemos llamado de todo: hipercontagiadores, irresponsables, egoístas…, al principio sin evidencia y después en contra de la misma, sin la más mínima ética y respeto. Seguíamos sin preguntarles a ellos, ¿en cuántas aulas hubo y hay espacio para la escucha, para el análisis, para las disculpas por lo que les hemos hecho? Es importante escuchar su voces porque los niños en esta pandemia pueden estar haciendo un sobreesfuerzo, para encajar las medidas impuestas, que les ha podido alejar de sus propias necesidades. El dolor no visto no es fácilmente reparado. Si no cuidamos el espacio para sus preguntas y sus voces, podríamos estar gestando un estado de falta de debate, de aprendizaje; la simplificación de cuestiones complejas y acabar señalando y castigando a todos los que opinen diferente en la infancia y después en la edad adulta (16).

2. Nos duele “medicalizar” o “patologizar” a la infancia y juventud. No deberíamos ocultar las causas del deterioro de su salud mental y desarrollo.

Hay experiencias imprescindibles en la vida y periodos críticos para vivirlas. ¿Es difícil que entendamos esto los adultos? ¿Es posible olvidar tan rápido el primer beso, o las ganas de darlo; la primera vez que alguien tocaba nuestras manos de una manera nueva y absolutamente inolvidable; aquella sensación mágica de hacer amigas para siempre o las ganas de cambiar el mundo de arriba abajo que nos atravesaban a esa edad? Es cierto que posteriormente algunas de las amigas para toda la vida dejarán de serlo; habrá besos que superen con creces aquel primero; primeras manos genuinas que se encuentran pasado el ecuador de la vida; e ideas y compañeros de viaje que mudarán también, a veces con dolor y otras con alivio. Pero aunque la vida además de desgarros nos siga regalando inesperados momentos de intensidad, la concentración de experiencias del “despertar a la vida” que se dan en esos primeros años será algo irrepetible que dejará una huella para siempre. Y no deberíamos olvidarlo.

Niños, adolescentes y jóvenes gritan sin ningún tipo de guion la necesidad imperiosa de contacto, amor y vida que traemos todos. De cómo los adultos seamos capaces de proteger y no bloquear ninguna de estas necesidades vitales dependerá, en gran medida, la vida de los más pequeños.

Los casos de ansiedad, depresión, suicidio, así como el de consumo de drogas, juegos y pornografía (15) se han disparado en estos dos últimos años entre los más jóvenes, según diversos estudios, y la actual saturación de los servicios de Salud Mental infanto-juvenil así lo refleja. Se han anunciado en las últimas fechas y mediáticamente programas de detección de depresión en los más jóvenes. Y sin discutir la necesidad de acompañamiento de estos menores tanto en las consultas de Pediatría como en las Unidades de Salud Mental, y de mejora urgente de los recursos de Atención Primaria para ello, es llamativa la orientación exclusivamente médica, la ausencia de análisis de fondo social o de la mera hipótesis de su relación con lo vivido durante esta pandemia y el daño infligido. Si no leemos las razones estructurales, sociales y de fondo, el riesgo de psicologización, medicalización y patologización de la infancia y adolescencia podría ser enorme. ¿Más médicos, psicólogos y psiquiatras se traduce en mejores resultados en Salud Mental? El grueso de los determinantes de la Salud no dependen del sistema sanitario sino del contexto socioeconómico y político-normativo.

Decía Denis P Burkitt: “Si la gente está constantemente cayéndose por un acantilado puedes colocar ambulancias bajo el acantilado o construir una valla en la parte superior”. Además de poner ambulancias abajo, además de atender asistencialmente el dolor que están atravesando, ¿pondremos una valla para que no nos sigamos despeñando? Analizar lo hecho estos dos años de pandemia respecto a las medidas que afectaban a los más jóvenes, para aprender, para no repetir algunas cosas, para no creernos el “ era necesario hacerlo así sin duda” es básico si queremos reparar el daño producido, que en su caso parece claramente mayor al que decíamos querer evitar.

Si solo centramos la respuesta en lo asistencial, si solo ponemos ambulancias a los pies del acantilado, la gente seguirá cayéndose, los jóvenes seguirán cayéndose y ni hay ambulancias para tanta gente ni creemos que ésa sea la mejor respuesta, no al menos exclusivamente. Construyamos una valla potente entre tod@s. Estamos seguros que los más jóvenes están deseando ayudar. Su generosidad, su fuerza y sus ganas de construir un futuro mejor no se han puesto suficientemente en valor. Para ello, deberemos escucharlos. Escucharlos, no ocultar las causas de su malestar y atajarlas es valla y es ambulancia a la vez. Los necesitamos. Nos necesitamos.



1. Garcés M. El control social será uno de los grandes ganadores de la pandemia. 2020 Abr. Recuperado de: https://www.lamarea.com/2020/04/03/marina-garces-el-control-social-sera-uno-de-los-grandes-ganadores-de-la-pandemia/

2. La Fundación ANAR detecta 173 casos graves de violencia a niños en sus casas. 2020 Abr. Recuperado de:  https://www.lavanguardia.com/vida/20200401/48252385680/la-fundacion-anar-detecta-173-casos-graves-de-violencia-a-ninos-en-sus-casas.html?facet=amp

3. Editorial. Redefining vulnerability in the era of COVID 19. The Lancet. 2020 Apr; 395: 1089. doi: https://doi.org/10.1016/S0140-6736(20)30757-1

4. UNICEF. Impacto de la crisis por COVID-19 sobre los niños y niñas más vulnerables; 2020 Sept. Recuperado de:
https://cendocps.carm.es/documentacion/2020_Impacto_crisis_COVID19_ni%c3%b1os_vulnerables.pdf

5. Asociaciones de Psiquiatría y Psicología Clínica por la Salud Mental de la Infancia y Adolescencia de España. Salud Mental en la Infancia y la Adolescencia en la era del COVID-19; 2020 Abr. Recuperado de: https://www.sepypna.com/documentos/2020_InformeCOVID_final.pdf

6. Berasategui N, Idoiaga N, Dosil M, Eiguren A, Pikaza M, Ozamiz M. Las voces de los niños y de las niñas en situaciones de confinamiento por el COVID-19. Universidad del P.V; 2020. Recuperado de: https://web-argitalpena.adm.ehu.es/pdf/USP00202291.pdf

7. Grupo de Investigación en Determinantes Sociales de la Salud y Cambio Demográfico (OPIK), Universidad del País Vasco. et al. La salud de la infancia confinada: datos preliminares sobre el impacto del confinamiento en la salud de niños y niñas de 3 a 12 años; 2020 Abr. Recuperado de: https://www.ehu.eus/documents/3638427/0/La+salud+de+la+infancia+confinada/9c172950-548d-261f-e670-a48536d8fe36

8. Société Francaise de Pédiatrie. Enfants en collectivité et COVID-19 : Lettre aux parents et aux professionnels de l’enfance; 2020 My. Recuperado de: https://www.sfpediatrie.com/sites/www.sfpediatrie.com/files/medias/documents/lettre_aux_parents_version_definitive.pdf

9. Save the children y Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria. La nueva normalidad educativa y el ocio: vuelta a los centros educativos y comienzo de las actividades de verano; 2020 Jn 1. Recuperado de: https://www.savethechildren.es/sites/default/files/2020-06/InformeLaNuevaNormalidadEducativaYDeOcio.pdf?utm_source=NotaPrensa&utm_medium=referral&utm_campaign=Coronavirus

10. Rajmil L, Hjern A, Boran P, et al. Impact of lockdown and school closure on children’s health and well-being during the first wave of COVID-19: a narrative review. BMJ Paediatrics Open. 2021 May;5:e001043. doi:10.1136/bmjpo-2021-001043

11. Wong J. Parents, experts worry about 'snowball effect' of literacy, development lags amid pandemic schooling. 2021 May. Recuperado de: https://www.cbc.ca/news/canada/literacy-young-learners-lag-1.6014533

12. elDiario.es. La pandemia arrasa la salud mental de los menores: crecen un 50% las urgencias pediátricas por problemas psiquiátricos, 2021 Jn. Recuperado de: https://escuelaycovid.es/la-pandemia-arrasa-la-salud-mental-de-los-menores-crecen-un-50-las-urgencias-pediatricas-por-problemas-psiquiatricos/

13. Escudero T. ¿Y este curso…dejaremos a los niños ser niños? Blog pediatra con apego. 2021 Ag. Recuperado de https://pediatriaconapego.com/y-este-curso-dejaremos-a-los-ninos-ser-ninos/

14. Escudero T. No quiero que mi hijo sea un héroe. Blog pediatra con apego. 2021 May. Recuperado de: https://pediatriaconapego.com/no-quiero-que-mi-hijo-sea-un-heroe/

15. Más drogas, alcohol, juegos y pornografía: las adicciones en jóvenes se doblan tras el covid. 2022 My. Recuperado de https://www.eldiariomontanes.es/cantabria/drogas-alcohol-juego-20220511230350-ntvo.html

16. Loayssa JR y Petruccelli A. (2022). Una pandemia sin ciencia ni ética. Ed Salmón. https://www.edicioneselsalmon.com/2022/05/16/una-pandemia-sin-ciencia-ni-etica/

domingo, 5 de junio de 2022

LA REALIDAD QUE NO INTERESA. LA TRASTIENDA DE LA FRESA

JORNALERAS EN LUCHA


Ante la campaña mediática que están haciendo los empresarios/agricultores del fruto rojo, llorando una vez más porque no tienen mano de obra,escribimos este artículo porque queremos ofrecer unos cuantos datos, de esos que la mayoría de los medios de comunicación ni se preocupan en conocer antes de publicar con tanta seguridad lo que la patronal agraria quiere contarles. Para contrastar y esas cosas que ya no se llevan.


Empezamos por aclarar que la campaña de la fresa normalmente comienza a finales de diciembre, y en junio apenas hay ya trabajo, por lo que empiezan a despedir a lxs trabajadorxs.


Aún así, llevan ya un par de años con la estrategia de salir diciendo: “ Que nos vamos a otros trabajos”; además, este año ha venío estupendamente que coincida con el Rocío. Y, como no podía faltar, se le echa la culpa a ese complot contra el sector fresero al que lanzamos, dicen, críticas falsas.


Porque claro, esa gente que denunciamos lo que ocurre no tenemos otra cosa mejor que hacer, y tampoco tenemos datos ni experiencias propias ni de montones de trabajadores para hacerlo. Como si esta realidad no se conociera de sobra; como si no supiéramos que se mira para otro lado porque el sector es “el segundo motor económico de Huelva”, aumenta el PIB de la provincia y, como se ha dicho públicamente por algún que otro cargo político en Huelva, “con el dinero que va a la Seguridad Social por la contratación en origen se pagan las pensiones en Huelva”. Vean en este enlace a partir de 1:23:00: (pinchar aquí) Lo de la explotación, lo de no cumplir la Orden Gecco ni el Convenio, eso es lo de menos.


El problema es que a la gente le gusta mucho protestar, encima que les traemos desde Marruecos, Honduras y Ecuador, y les sacamos de la pobreza extrema. Deberían estar agradecidos. Que con lo que ganan aquí (aunque no sea lo que les corresponde por ley) viven en sus países todo el año.


Pues bien, como íbamos diciendo, el llanto perenne de la patronal es una clara estrategia que no es muy difícil de descifrar para quienes vivimos la realidad día a día.


Este año ha sido el más activo con respecto a denuncias de lxs trabajadorxs de todos los que llevamos haciendo campaña sindical. Y, a pesar de contar solo con dos personas liberadas para hacer este trabajo, gracias a las donaciones en el Goteo que hicimos el año pasado (aprovechamos para agradecer de nuevo a toda la gente que nos apoyó y que nos sigue apoyando), a pesar de contar con recursos escasos, pudiendo abarcar una pequeña parte de todo este entramado, a pesar de tener cero infraestructura, con cuatro horas de asesoría jurídica a la semana, los datos con los que contamos son estremecedores y nos permiten abarcar una pequeña parte de todo ese entramado. Y aún no ha terminado la campaña. De hecho, a día de hoy tenemos cinco denuncias pendientes de poner en Inspección de Trabajo, más las otras nueve que ya hemos puesto sobre las que, por cierto, aún no hemos tenido respuesta. Y eso que desde Madrid iban a apoyarnos esta campaña. Sobre eso hablaremos en otro momento.


En conclusión, casi una quincena de denuncias esta campaña, más once logros en diferentes empresas que hemos podido conseguir gracias a la negociación. Entre esos logros figuran, entre otros la readmisión de trabajadorxs que iban a ser despedidos, la continuidad en el trabajo de compañeras que querían devolver a Marruecos por enfermar o estar embarazadas, la gestión de habitabilidad de las viviendas de las contratadas en origen y el cumplimiento con la jornada de trabajo. Ofreceremos los datos estadísticos con todo detalle al terminar la campaña.


Y justo aquí es donde queremos hacer hincapié en la jornada laboral de 39 horas semanales. Casi el 100% de compañerxs contratadxs en origen que nos han llamado este año denunciaban que no se cumplía la jornada de trabajo, y que han venido este año para pasar más tiempo en la casa que trabajando.


Enlazamos aquí lo que dice el Convenio del Campo de Huelva en el artículo 7, y la Orden Gecco en el artículo 3.1 sobre la actividad continuada garantizada. Y también están los contratos que se firman de 39 horas semanales.


Hemos tenido protestas que han organizado compañeras marroquíes en la puerta de las fincas, denuncias públicas de compañeros de Honduras tanto en papel como en la radio.


Algunas las hemos conseguido negociar como contábamos, y se han resuelto, pero otras están en conocimiento de Subdelegación del Gobierno de Huelva y de los Ministerios de Migraciones y Trabajo, y aún no tenemos respuesta alguna. Estas personas volverán a sus países decepcionadas por lo que consideran “una auténtica estafa”, mientras aquí las autoridades laborales, y los responsables políticos no han movido ni un dedo.


Pero claro, ahora, ante el llanto de la patronal que pide que se amplíe el número de personas de los próximos contingentes de origen, a través de una campaña mediática que argumenta que no tienen mano de obra, que los nacionales no queremos trabajar y abandonamos el trabajo, responden a sus demandas automáticamente, olvidando que ni siquiera han cumplido con la jornada laboral de las personas que han estado aquí estos meses. Porque tenemos que seguir aumentando el PIB, y superando las ganancias del sector año tras año. Y decimos “del sector” porque es donde se quedan siempre los millonarios beneficios. Habría que analizar los bolsillos de lxs trabajadorxs, y el beneficio económico que a ellxs les ha supuesto esta campaña. Pero eso parece que no interesa a nadie, tampoco a quienes prometen que van a apoyarnos en nuestra lucha por los derechos de lxs jornalerxs.


¿Y sabéis que es lo peor de todo esto?


Que a pesar de ver en nuestras narices cómo la patronal cada año lanza falsas acusaciones sobre los trabajadores nacionales, insultándonos y humillándonos cuando nos tachan de flojos, cuando nos acusan de abandonar el trabajo y de no querer trabajar en el campo y, sobre todo, cuando lo utilizan para tener la excusa perfecta para pedir que se traiga a cada vez más personas de otros países a los que pueden explotar más fácilmente, aquí estamos cayendo en la absurda trampa de culpar al compañero/a que viene de otro país a buscarse las habichuelas.


Ojalá algún día entendamos que Andalucía siempre ha sido un pueblo diverso en el que han convivido diferentes culturas, lo que ha hecho que tengamos la riqueza cultural de la que gozamos a día de hoy, y que es en esas personas donde encontramos a nuestrxs aliadxs, a nuestrxs hermanxs, de los que tenemos que agarrarnos de la mano para luchar de una vez para que se haga justicia y se ponga en el centro el gran valor que tienen nuestros cuerpos y nuestras manos. Y sobre todo, para recuperar la tierra que nos fue arrebatada por esos que ahora nos explotan y nos echan a pelear.


Ojalá algún día entendamos la importancia de la necesidad de nuestra soberanía alimentaria, y de transitar juntas hacia otros modelos de agricultura. Y para eso contamos con lo más importante: la urgente necesidad de empezar a construirlo, y la diversa riqueza de conocimientos de las diferentes culturas que actualmente convivimos en Andalucía.